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Rocío Jadue: “Antes de que existieran las plataformas nosotros igual hacíamos cine”

El primer trabajo de Rocío Jadue en Fabula fue como fotógrafa en el set de Prófugos. Con algunos de años de experiencia en televisión, la directora audiovisual de la Universidad Católica –uno de los semilleros más importantes del cine en Chile– puso sus pies en lo que hoy es una de las productoras más exitosas en Latinoamérica: Fabula, fundada por Pablo y Juan de Dios Larraín. Apenas un año después de su llegada, la película No, del mismo Larraín fue nominada a los Oscar y ella aprendió de primera mano la experiencia de hacer campaña para tener un espacio en ese mercado. Fabula fue creciendo, ella asumió el rol de Productora Ejecutiva, luego el de Directora de Cine, y entre películas y películas, tuvieron su “golpe de suerte”, esa cuota de destino o “timing”, como dice ella, que les permitió llevar la historia de Mujer Fantástica, de Sebastián Lelio a las pantallas de todo el mundo: “Todos hablaban de ella, todos los académicos vieron la película, todos sabían que existía, gracias al trabajo que hicimos con Sony”. Así, el filme protagonizado por la actriz trans Daniela Vega se convirtió en el primero de la historia de Chile en ganar el Oscar a Mejor Película Internacional.

De esa experiencia han aprendido que es imposible acceder a ese tipo de premios, y por ende, a una mayor audiencia, sin un distribuidor propio del mercado estadounidense. Lo mismo pasa con los Goya, dice Rocío Jadue, quien hoy se encuentra en plena promoción de “La memoria infinita”, el filme de Maite Alberdi, que muestra la historia de amor entre Augusto Góngora y su esposa Paulina Urrutia. En mayo de este año, poco tiempo después de que el documental de Alberdi ganara el Premio del Jurado en el Festival de Sundance, Jadue fue elegida como una de las 40 mujeres más influyentes del cine internacional según Hollywood Reporter. “Jadue ha situado al cine chileno en el mapa internacional”, dice la publicación.

“Que una revista de la trayectoria y peso de Hollywood Reporter haga un reportaje de este tipo me parece increíble”, dice Jadue en una breve entrevista en un set de grabación. “El año pasado hicieron el mismo reportaje de productoras en televisión y este año le tocó al cine”. Con Rocío nos tocó hablar en un momento movido para la industria. Un día después de nuestra conversación, el sindicato de actores y actrices de Estados Unidos (SAG-FRA), decidió irse también a huelga sumándose a los escritores y guionistas que ya acumulan dos meses de paro.

Aunque su mercado no es Estados Unidos, sí reconoce que todas estas señales están afectando. “Qué palabra usar… está lento”, dice. “En comparación con el año pasado, a estas alturas del año, ya mediados de julio, se había grabado mucho más de lo que se está grabando este año y también tiene que ver con todo lo que está pasando en el mundo: la huelga, que las plataformas también se están achicando. O sea, si le afecta a Estados Unidos, por supuesto que nos afecta a nosotros también”, asegura Jadue. Eso se nota en la dificultad para levantar financiamiento y encontrar personas que se animen a invertir en nuevos proyectos.

“En el festival de Sundance, por ejemplo, se vendieron super pocos títulos y el nuestro fue uno de ellos”, cuenta Jadue. Gracias a esa alianza con MTV, están de la mano en la promoción y difusión de Memoria infinita, que se estrenará el 24 de agosto en cines chilenos. A eso se suma, que “Chile no es un país que cuente con incentivos para atraer inversiones extranjeras”, dice Jadue. “Se está trabajando en eso, pero es algo que tampoco ayuda a reactivar nuestra actividad cinematográfica”. Hoy, solo existen acuerdos de colaboración (para co- producir) con Argentina y Venezuela. Aún está pendiente avanzar con México, Uruguay, Perú, Bolivia por mencionar algunos países con los que Chile podría hacer alianzas.

En ese escenario, ¿cómo afrontar la profesión para quienes se dedican al cine?
En este momento está todo muy estancado. Está siendo muy difícil poder levantar financiamiento para películas independientes. Por supuesto que todo influye, influye que las plataformas se están achicando, influye la huelga. Son muchos los factores, pero hay muchas maneras de financiar las películas y antes de que existieran las plataformas, nosotros igual hacíamos cine. Hay que ponernos creativos y buscar nuevas formas de financiamiento. Si ya no son 100% plataformas, volver a como hacíamos nuestros financiamientos antes, que eran coproducciones, asociaciones con otros países, inversionistas privados, ponerse creativos.

El mercado está estancado, pero a los realizadores chilenos les suele ir muy bien en festivales internacionales y sus películas son destacadas. Hay talento y originalidad.
Es que una cosa es que te vaya bien en términos de prestigio y lo otro es que te vaya bien en términos de ventas. Son dos cosas muy distintas, entonces hay que analizar caso a caso.

¿Será que en Chile el tema de las ventas siempre es más difícil que el prestigio? Como que el público no aprecia tanto las películas… ¿o crees que eso está cambiando?
Depende dónde. En los festivales de cine a Chile se le ve con muy buenos ojos, no así los chilenos, que no ven el cine chileno con muy buenos ojos, claro.

Sí, eso es verdad, son cosas distintas. También te quería preguntar por una entrevista en la que dijiste que el cine tenía un potencial político. Como mujer, ¿te gustaría contar algo en particular o generar algún cambio en particular desde tu propia experiencia?
Por supuesto que sí, a mí me interesa generar cambios, como dicen los gringos, awareness, que no sé cómo se dice en español. No sé si hay una traducción directa a esa palabra, pero es ser capaces de mostrar historias que algunas veces están escondidas o dejadas de lado o desconocidas y son tan relevantes para contar lo que es la sociedad, nuestra sociedad, nuestro ADN y mostrarlo al mundo. Como Latinoamérica mostrándose al mundo. Creo que ese es un sello importante que como empresa nos gusta resaltar.

Perfecto, ¿puedes compartirnos en qué proyectos estás actualmente?
Lo que puedo compartir es lo que ya está en prensa que es “La memoria infinita” y próximamente la nueva película de Pablo Larraín que se llama “El conde” (Netflix).

Nosotros pudimos ver la película en el Festival de cine LALIFF, y quería preguntarte cuánto pudiste participar, como productora, en las decisiones sobre cuánto mostrar y cuánto no de Augusto Góngora, considerando lo delicado del tema. ¿Cuál fue tu visión?
Nosotros, por lo general, consideramos el cine como un trabajo muy colaborativo. La colaboración entre el director y el productor siempre está ahí, y siempre hay conversaciones, hay discusiones, hay visionados donde vamos viendo junto con la directora y la montajista, en este caso a la Carolina Siraqyan, los avances del montaje para dar nuestro feedback. Yo quedé muy contenta con el resultado final. Y creo que la Maite encontró el equilibrio, supo dónde tenía que ponerle fin a la historia, logró ser capaz de poner como foco principal esta historia de amor y la subtramas que se cuelan, que son la enfermedad, por supuesto, que es la memoria de Chile, que es la historia de nuestro país. Para mí la película encontró el equilibrio perfecto.

Y bueno, para el futuro no nos puedes decir qué va a pasar, pero sí que van a pasar muchas cosas. Sí, tenemos muchos desarrollos y buscando el financiamiento para poder concretar esos proyectos. Tratamos de desarrollar historias que sean capaces de hacer cambios, de trascender, de generar conciencia y diálogos. Sobre todo, que la película sea capaz de generar instancias de conversación, que no sea una película “olvidable”.

Por último, ¿qué consejo le darías a alguien que quiera hacer cine de todas maneras y se encuentra, quizás con este escenario adverso del estancamiento e incertidumbre?
Bueno, yo creo que todo es cíclico igual. Va y viene como un péndulo. Hoy día podemos estar muy estancados y el próximo mes se van a abrir todos los fondos, van a llegar todas las plataformas o no tengo idea, el box office va a volver a ser un hit, pero yo creo que mi consejo sería entender y buscar ese equilibrio de historias que tienen vocación de audiencias y que a la vez son historias relevantes. Encontrar ese equilibrio yo creo que siempre termina en una buena película.

Foto: Cortesía Fabula

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