De fondo suena el piano del Fantasma de la Ópera. DJ Lizz, de gafas oscuras y vestida completa de negro empieza a tocar, mientras el público se prepara para perrear. Tomasa del Real hace su aparición, con una pista que mezcla beats electrónicos y reggaetón. “Qué pasa perras”, le grita a al público, antes de iniciar su Boiler Room. Su música ha sido parte de un movimiento de liberación del cuerpo femenino, de “la celebración de sentirnos sexuales”, como dijo en el podcast Loud, que ha influenciado a toda una camada de artistas. Pero lejos de sentirse una representante del movimiento, cree que cada mujer debiese poder decir y hacer lo que quiera; incluso si eso significa no querer asumir el rol de líder de un movimiento que no la interpela.
“Había mucha gente que pensaba que por ser mujer estaba obligada a decir algo en específico, como dar cara por las mujeres y es al revés, yo por ser mujer no estoy obligada a nada”, dice. Tomasa del Real es directa y divertida. Responde las preguntas con soltura y generosidad; no se guarda nada. Luego del éxito de “Bellaca del año”, se fue a vivir a Estados Unidos, donde ha construido una exitosa carrera como artista. Además de su carrera musical, –una de sus canciones fue incluida dentro de las 200 mejores de reggaetón– la chilena también organiza y produce sus propias de fiestas de neoperreo, donde artistas de diversas latitudes se reúnen para bailar música electrónica y reggaetón y librarse de sus opresiones. De su nuevo EP “Revenge Porn”, sus proyecciones y el futuro del neoperreo, nos cuenta en esta entrevista.
¿En qué se inspira el nombre de tu EP?
“Bueno, es un término que se ocupa por el porno venganza, que ahora es ilegal hacer eso, ¿sabes? Es cuando alguien filtra un video sexual tuyo, y yo le puse el nombre hace mucho tiempo, hace más de dos años, pero no lo había podido sacar por la pandemia. Ahora que se acabó, no quise esperar más y lo saqué de manera independiente, con las canciones que me gustan más…pero eso revenge porn es como decir me vengo, una venganza”.
¿Y vengarse de qué en tu caso en específico?
“No, en general de todo, como que siempre las temáticas de todos son de amor o cosas lindas, entonces yo voy al otro colegio, donde celebramos otras cosas. No es una historia personal ni nada, va con mi concepto del arte que hago, de hacer arte desde lo que no es bonito”.
Entiendo, y me imagino que eso está conectado con la estética que tienes en tu Instagram, estas animaciones, que son un poco exageradas. ¿Esa idea surge de ti?
“Los 3D los hace un chico de Chile, que se llama Neocristo. Pero sí, el concepto de lo grotesco, todo lo chocante o lo gótico, por ejemplo… es que, por dónde empiezo (se ríe). Es como que el arte siempre estuvo seleccionado para una élite donde hay ciertos temas que son aceptados y otros que no, como lo feo, lo exagerado, lo sexual, lo gueto, todo eso no era considerado arte hasta hace poco tiempo, y por ejemplo yo que hago reggaetón, también eso venía desde un lugar feo, como decir estar cantando sobre basura. Entonces, de ahí viene la conexión. Mi arte personal se conecta con esa estética que es grotesca. Igual, porque donde yo me muevo es todo mucho más underground y no es pop, no encaja en la popularidad de lo que le gusta a todo el mundo, que sería algo rosado y bonito y sutil y femenino, entonces es como todo lo contrario.
¿Y cómo sabes que es ese tu público y no el más masivo?
“O sea, yo no elegí a mi público. Empecé a hacer música porque estaba aburrida y me quería expresar en esa época de mi vida, y a la gente que sentía más o menos lo mismo, que no se podía expresar libremente, le empezó a gustar. No sé si se sienten identificadas conmigo, pero sí entiendo que hay muchas cosas que nadie quiere decir o gritar o bailar, y que les da vergüenza decir que les gusta, entonces yo soy una excusa para no tener que decirlo ellos directamente. Me usan a mí para hacerlo. Ahí agarré un público que está censurado, un público que no necesariamente tiene algo en común, pero sí gente que quizás ha estado oprimida en sus pensares, en su libertad sexual, en su expresión, en su socialización. De repente uno comparte con diferentes círculos sociales y no encaja en ninguno. Cuando empecé a hacer música la gente se dio cuenta de que sí se podían sentir orgullosos de ser raros y de estar fuera de la norma”.
Hablar de dinero sin pudor
Uno de los temas que está muy presente en el disco es el dinero. Está el Tesla, el Only Fans, ¿cuál es el papel que tiene el dinero en tu performance como artista?
“Los Ángeles es una ciudad súper cara, entonces cuando alguien dice, estoy ‘in my bag’, es que estoy haciendo dinero. O sea, acá yo no vine a hacer amigos ni familia ni nada, yo vine a hacer plata. Acá si no estás concentrado en eso, no te alcanza ni para un Uber. Siento que entre más internacional sea la música, más concentrada en el dinero estaré. Es como la evolución: si vivía en un departamento, y después en una casa, ahora quiero una mansión”.
O sea, no te pones límites.
“No. Por ejemplo esa canción que dice ‘I wanna a Tesla with diamond rims’, la gente piensa que digo rings, pero es del rim del auto, me imagino un Tesla con rims de diamante, algo que no existe. Igual, no sé, la poesía de mi música es muy simple”.
¿Este EP va a ser parte de un futuro álbum?
“Mi idea es sacar el Revenge Porn álbum en algún momento. Tengo no sé cuántas canciones esperando salir, pero también me pasa que cuando pasa el tiempo ya no me sorprende nada, y quiero algo nuevo. Entonces, no tengo ningún compromiso real con nada. Solo con lo que siento en el momento. En el momento sentí que tenía que sacar ese EP y lo saqué. Y ahora veré qué hago. Hace poco fui a México, y allá, no sé si viste que están de moda los corridos, entonces hace poco, como hace un mes fui a México e hice dos corridos, y me encantó. Dije, ‘ahhh, aquí, me encanta’, no sé, random, y ahora voy a sacar un corrido. La canción se llama “After” y es un featuring con un amigo productor, que se llama Paul Marmota. Y bueno, los corridos son una banda. Son instrumentos. No es la música que yo hago, que es 100% digital. Es una banda de Guadalajara”.
El futuro del neoperreo
En septiembre del año pasado, Rolling Stones publicó un reportaje sobre las nuevas formas del reggaetón: desde versiones post punk hasta el neoperreo; el género que bautizó Del Real y que se expresa en sus fiestas. “Este es un perreo, una fiesta donde hay reggaetón, que dura hasta muy tarde y está mezclado con música electrónica y una ambientación súper gótica. Es todo muy oscuro, rojo, medio diabólico”, cuenta. Solo este mes, tendrán fechas en Guadalajara, Portland y LA.
Has comentado en distintas oportunidades lo difícil que es triunfar en Chile en la música. ¿Piensas que acá hay más posibilidades?
“O sea, no más posibilidades, pero tengo más colegas, más donde moverme. En Chile si quisiera hacer, por ejemplo, una canción con alguien, no hay gente alternativa como yo. No hay gente rara. O sea, quizás hay público raro, sí, pero… la Holi Rare, no sé si la conoces, a mí me encanta, y la promociono todo el rato, pero ahí quedé. Hacer canciones tocando en vivo yo y ella, todos los días, no…En LA sales y la mitad de las personas que están en la calle son artistas. Entonces de esa cantidad hay mucha más gente que me interesa conocer. Me siento más nutrida aquí”.
También has dicho que la música que haces te traía muchas críticas. ¿Todavía pasa eso?
“No, ya no, por fin se aburrieron de criticarme. Y ahora todos hacen la misma música que yo hago. Música que no es 100% reggaetón de Puerto Rico, con productores que usan influencia de todas partes del mundo, no solo de Puerto Rico, y canciones explícitas sobre sexo, alcohol, drogas y dinero. A mí me tocó luchar con esa crítica, o sea, no luchar, sino que vivir o correr con esa crítica. Ahora ya cualquiera puede decir lo que sea y a nadie le importa, no tanto. En esa época les importaba mucho. La crítica más suprema era que yo por ser mujer tenía que hablar de feminismo o algo así y dar cara por las mujeres, pero en verdad, yo quería dar cara por mí. Entonces…”.
¿En ese sentido te sientes como una influencia para la música que se está escuchando?
“Eh, sí, sí, o sea gracias a mí mucha gente pudo hacerlo sin ningún problema, sin tener que recibir esa primera crítica. Pero también no creo que sea algo específicamente en mis manos, sino que generacional, o sea, alguien, un humano, lo iba a ser igual, fuera yo u otro. Como que hace siete años no había niñas diciendo culo, culo, semen. No había, y ahora hay cuarenta mil, entonces ya pasó esa época en que le decían a las niñas lo que podían decir y lo que no”.
Esa fue una discusión larga..
“Había mucha gente que pensaba que yo por ser mujer estaba obligada a decir algo en específico, y es al revés, yo por ser mujer no estoy obligada nada. Como a darle el gusto a nadie, entonces, igual fue una brecha de aprendizaje de que hay que dejar a las mujeres que hagan la hueá que quieran, y lo más curioso es que esas críticas venían de otras mujeres, entonces ahora ya se entendió mejor el concepto del feminismo, por ejemplo, que es deja de huevear a las mujeres”.
Y el género urbano, si tuvieras que hacer un análisis ¿para dónde crees que va?
“Lo que pasa es que el reggeatón fue el primer ritmo que, desde un lugar específico, corrió globalmente. O sea, nuestro gusto por el reggeatón nos llegó desde otro país. Era un ritmo marginado y en otros países estuvo tanto tiempo metido que se convirtió en algo normal y lo aceptamos socialmente. Pero volviendo a lo anterior, que antes no se podía hacer arte desde la basura, y ahora sí, yo creo que el futuro del urbano va a ser que otro ritmos marginados empiecen a tomar luz a nivel global, como por ejemplo los corridos, que es el primer paso fuera del reggaetón que se da en la industria de la música en los últimos diez años, u otros ritmos africanos, que están agarrando mucho vuelo, y así otros géneros marginados van a poder agarrar más luz”.
Por último, ¿tienes todavía algún sueño por cumplir?
“La verdad es que no tengo ningún sueño en la música. Siento que conseguí todo lo que se puede esperar: que una canción tuya esté en un ranking mundial, tocar en Coachella, Lollapalooza… Entonces, lo que me gustaría es poder dejar de trabajar tanto, porque construir mi carrera me costó esos mismos años. Me gustaría recuperar ese tiempo que tomé de mi vida personal para invertirlo en mi carrera. Ese sería mi nuevo sueño. No sé si lo puedo hacer ahora, pero va a pasar en algún momento y ahí querría quedar como una leyenda, como Ivy Queen”.