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Robot Dreams: «Si tienes paciencia te enamoras de esta forma de hacer cine»

Cuando Pablo Berger entra en escena la audiencia se pone de pie y aplaude sin parar, mientras el director vasco, oriundo de Bilbao, hace reverencias y hasta se toma el sombrero para agradecer a su audiencia que redobla sus esfuerzos. “I am a Hispanic rockstar”, dice Berger, quien orgulloso se prepara para contar cientos de detalles y hasta futuras ideas de los personajes de Robot Dreams, o Mi amigo robot: la cinta española que se metió en la pelea a Mejor Película Animada en los Oscar junto a los estudios Ghibli de Hayao Miyazaki (El niño y la Garza), Pixar (Elemental), Sony Pictures (Spider-Man Across the Spiderverse) y Netflix (distribuidores de Nimona).  Para ellos, estar nominados ya es un tremendo logro.

Aunque este año la competencia está peleadísima –especialmente con El niño y la Garza entre los competidores– Robot Dreams ya ha conseguido algo importante. Quizás su mayor acierto es poder generar tanta emoción y tensión dramática sin una sola palabra: solo dibujos animados y música. Robot Dreams, producida por Arcadia Motion Pictures, Noodles Productions y Les Films Du Worso, está basada en un libro de Sara Varon del mismo nombre y cuenta la historia de Dog y su inseparable amigo Robot en el Manhattan de los años 80. En plena campaña de la película, Pablo Berger se sentó a conversar en frente de una emocionada audiencia en el Aero Theater.

Aventura animada
Contó que es un coleccionista de novelas gráficas y cuentos para niños y que cuando terminó de leer la historia de Varon supo que tenía que convertirla en una película animada. La historia era demasiado linda, y aunque no era su género para nada, decidió seguir adelante de la mano de jóvenes talentosos de España y Europa. Antes de Robot Dreams, Pablo Berger solo había filmado películas de Live Action, como Torremolinos (2003) y Blancanieves (2012), aunque Elsa Fernández, de El País, dice que ve algunas similitudes entre sus películas anteriores y Robot Dreams, para ella esta última es un “precioso canto a una amistad y ciudad perdidas”.

En las primeras escenas, vemos que Dog se siente solo y encarga a un Robot que se convierte en su mejor amigo. Aunque para mí, y otra persona del público que le hizo la pregunta al director, podría ser algo más que eso. Tanto, que me hizo recordar a Past Lives y esos amores fugaces que dejan marcas. En algún momento de la trama algo sucede con Robot y ambos deben separarse por un tiempo, y en esa espera nos pasamos gran parte de la película. ¿Cuándo se encontrarán nuevamente? Con el curso de las estaciones y los hitos de la cultura americana: Halloween, Navidad, las vacaciones, el invierno, vemos cómo pasa el tiempo sin que ellos se vuelvan a encontrar.

Todo sin palabras, tal como en el libro. 

Una carta de amor a Nueva York
La historia entre los personajes estaba en el libro, pero el background en Manhattan fue algo que él incorporó como “una carta de amor a Nueva York”, ciudad en la que vivió alguna vez. El director contó que, si las miras con cuidado, se pueden encontrar un montón de guiños a películas, objetos y pasatiempos de los años ochenta. Nada fue al azar, ni siquiera los personajes secundarios. Pablo Berger le pidió a sus animadores y dibujantes que cada uno de ellos reflejara la personalidad de Nueva York, que tuviera una historia. En un momento, por ejemplo, se ve cruzando por la calle a un montón de bitniks con boinas y cuellos largos. 


Es tanta su pasión que incluso se puso a imaginar posibles tramas de los personajes en medio del conversatorio. Por ejemplo, que en una segunda parte quizás Robot y Dog se encuentran con sus respectivos amigos para Thanksgiving, o hacer una trama con el cocodrilo o Duck, quien se va a Barcelona. “He pensado en revisitar este mundo, quizás con un spin-off de algunos personajes. Un filme de horror con los conejos, ¿o Duck se va a Barcelona? Pero estamos en L.A., así que alguien podría robarme la idea”, dijo. No sería una sorpresa si hay alguna continuidad de este universo. “Te enamoras inmediatamente de esta forma de hacer cine si eres paciente. No hay límites con la animación”.

«He pensado en revisitar este mundo, quizás con un spin-off», dijo Pablo Berger durante un conversatorio en Aero Theater.

Por qué un robot si el perro es el mejor amigo del hombre…
Ya terminando el conversatorio, un niño hizo quizás la pregunta más brillante de la noche. ¿Por qué elegir a un robot si el perro es el mejor amigo del hombre? Pablo le dijo que nadie ama más a los perros que Sara Varon y esta historia está inspirada en la pérdida de uno de ellos. Robot, entonces, sería el perro y Dog, Sara, si lo vemos de esa forma. 

Sobre la posibilidad de que Duck y Robot fueran algo más que amigos e incluso que los personajes pertenecieran al mundo queer, Pablo le respondió a alguien de la audiencia que eso es lo que le encanta de la animación: “Que haces sustituciones”. «Las emociones no tienen género”, dijo. Yo me quedo con esta interpretación de una historia de amor.

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