La comedia romántica es uno de los géneros que más se ha denostado en cine y televisión, ya sea por el declive de los productos que ha presentado y que se manifestó con la llegada de la década de los 2010s, con solo algún título salvable, y también de una crítica siempre reacia a alabarlo. Sin embargo, la llegada del éxito de Anyone but you en 2023 dio un pequeño empujón para revitalizarlo, que ahora confirma Nobody Wants This (o Nadie quiere esto en español), de Netflix.
Todo el mundo hablaba de Nobody Wants This desde su estreno a fines de septiembre y era inevitable no caer en su red. Ahora, incluso se ha ‘colado’ entre las nominadas a los premios Globos de Oro 2024, en la categoría Mejor Serie de comedia o musical, donde compite con The Bear, Abott Elementary, The Gentlemen, Only Murders in the Building y The Hacks. Y sus dos protagonistas Kristen Bell y Adam Brody también disputan la categoría de Mejor Actor y Mejor Actriz principal en una serie de comedia o musical, una prueba de que sin duda es uno de los estrenos del año en plataformas.
La serie ha conseguido dar una nueva vida a la comedia romántica con una historia simple, pero muy divertida: Joanne, una podcaster que vive en la ciudad de Los Ángeles y ha tenido serios problemas para tener una relación romántica y duradera conoce a Noah, un rabino judío, que se encuentra soltero repentinamente y representa todo lo que ella no es: creyente, apegado a la comunidad y a ciertos valores y costumbres.
Ese es el punto de partida de Nobody Wants This, original y con un toque que llama, y que mueve de buena manera, aunque no ha llegado a escapar del todo de algunos prejuicios, según apuntan los espectadores de esta religión, que han notado una caricatura en algunos de los personajes. En ella, sus protagonistas son dos personas adultas –una innovación refrescante para el género de la comedia romántica– que tienen química desde el principio y a pesar de encontrarse con miles de dificultades, entre ellas, la férrea oposición de la familia de Noah, trabajan por crear una relación sana, con mucha comunicación y convicción por que eso funcione.
Quizás, una de las mejores cosas de Nadie quiere esto es que revisa algunos de los rasgos distintivos de la comedia romántica, pero con algunas modificaciones para adaptarlas a los nuevos tiempos y a las relaciones sentimentales de la actualidad. Esa relación basada en la comunicación y en el trabajo, que como hemos dicho, no esconde sus dificultades, las saca adelante y funcionan como eje conductor de la serie, con un ritmo que te invita a no parar de verla porque, además, sus capítulos son cortos (20 minutos aproximadamente), y en cuanto te atrapan solo quieres saber cómo siguen.
Kristen Bell y Adam Brody: gran química de dos iconos millenials
El presentar una relación sana, comunicativa y adulta, a la vez que original y real son elementos que han llevado al éxito a Nobody Wants This. Pero eso no sería del todo posible si la pareja protagonista no desprendiera química por todos los costados. Hablamos de Kristen Bell y Adam Brody, los actores que dan vida a Joanne y Noah.
Los dos actores nos regalan interpretaciones cuidadas y una pareja protagonista que encaja, convirtiéndose en la pieza que faltaba para que el puzzle funcionara como acabó siendo, y que ha culminado con el éxito en Netflix y su renovación para una segunda temporada luego de dos semanas liderando los visionados en la plataforma.
Con Nobody Wants This, tanto Kristen Bell y Adam Brody vuelven al primer plano, tras haber sido iconos de populares series en su momento y que marcaron a la generación millenial, como es el caso de Veronica Mars, donde Bells interpretaba al personaje del mismo nombre, y The O.C. con el mítico personaje de Seth Cohen. Dos caras muy conocidas para los millennials que ahora conforman la pareja de moda en la comedia romántica gracias a ‘Nadie quiere esto’.
Personalmente, me quedo también con el trabajo modulador de los dos principales personajes secundarios, los hermanos de cada uno de ellos, Sasha (Timothy Simons) y Morgan (interpretado por Justine Lupe, también Willa en Succession), que tienen una relación entre extraña y divertida, que complementa a la perfección a la pareja protagonista. La esposa de Sasha, Esther (Jackie Tohn), así como la madre de Noah, Bina (Tovah Feldshuh), también aportan humor a la serie, demostrando que la selección del casting es uno de los puntos fuertes del show televisivo.
Si a esto le unimos sencillez y frescura, y que lo que vemos nos parece tan real, el resultado es una combinación imperdible. Sin ir más lejos, la serie está basada en la historia de la creadora, Erin Foster, con su actual esposo, Simon Tikhman. Foster se acabó convirtiendo al judaísmo tras conocerlo, y si bien hay ciertos detalles que se han cambiado, la idea parte de su propia experiencia, lo que se puede notar por la naturalidad y realidad con que se trata todo en la pantalla.
Por todo, podríamos decir que Nadie quiere esto es un ejemplo de la comedia romántica 2.0, al retratar una relación distinta a las que encontrábamos en las rom-com clásicas o, al menos, las más predominantes de la década anterior, sin perder el humor, la frescura y el toque romántico que todos anhelamos ver de vez en cuando.