Cada domingo esperamos ansiosos un nuevo episodio de Succession, y a diferencia de otros shows, es imposible saltarse la intro. Todo lo contrario, no me canso de escuchar ese piano una y otra vez, más aun cuando crece la tensión entre los hermanos Roy y sabemos que esta intriga por el trono pronto llegará a su fin. Como dijo Jesse Armstrong, creador de la serie a The New Yorker: “Hay una promesa en el título de Succession. Nunca pensé que esto durara para siempre”.
Es que la sensación de tensión y desenlace inminente, junto con una especie de prestancia y profunda tristeza, ha estado presente durante toda la trama, y la canción compuesta por Nicholas Britell lo captura a la perfección, tanto que no nos damos cuenta de la cantidad de variaciones y evoluciones que ha tenido el tema principal a lo largo del show.
“La partitura de Succession tiene la misma dualidad que, yo pienso, tiene el show, que es esta combinación de elementos de absurdo y también una profunda gravedad bajo la superficie”, dijo Britell a Vanity Fair en 2020. “El mismo show está lidiando con asuntos muy serios de concentración de poder y riqueza en manos de menos y menos personas, particularmente en la industria de los medios, pero al mismo tiempo hay una parte humana de la historia, que se enfoca en los disparates, mezquindades y conflictos del día a día entre los personajes”.
Cuenta que cuando se puso a pensar en el tipo de música que quería para la serie intentó imaginar cuál sería la música que la familia Roy querría para sí mismos. Dice que recuerda haber visto uno de los diarios en donde Jeremy rapeaba para sí y se preguntó: “¿existe algún tipo de música clásica oscura que pueda sentirse relacionada con ellos, que a ellos mismos se les ocurriría?”.
‘¿Qué tal si mezclamos eso con algunos beats de hip-hop y vemos cómo suena?’, se preguntó a continuación, y de inmediato “se sintió que algo funcionaba con esta extraña combinación de sonidos. Está esta especie de disonancia desde el comienzo de la pieza, que inmediatamente te da esta sensación de que algo anda potencialmente mal, y la línea melódica que va encima, si la desglosas, desde el principio ves que hay una especie de disonancia acentuada, que no está en la escala”, dijo.
Por debajo, cuenta el compositor, hay unos acordes, “una especie de clásico de la vieja escuela para significar, tal vez una culminación, este sentimiento de finales del 1700, y luego hay una especie de alcance y naturaleza épica, de esta partitura interpretada por una orquesta”. Tal como dijo alguna vez Brian Cox, en uno de los clip Behind the Scenes: “Hay algo muy shakespeariano en el guion”, y quizás en su música también.
“Hay momentos en que la música es profundamente tranquila”, recuerda el compositor, como en varias de las escenas finales. Para el compositor, “hay algo interesante sobre este sentimiento, como esa tristeza sutil e inherente que subyace en todo lo que está pasando en el show”.
Una sinfonía en 4 movimientos
Con 42 años, el compositor Nicholas Britell se ha consolidado como uno de los artistas más talentosos de la industria estadounidense. En 2019 ganó el Emmy a Mejor Música Original para un Tema Principal por Succession y ha estado nominado tres veces al Oscar por sus composiciones para Moonlight (Barry Jenkins), If Beale Street Could Talk (Barry Jenkins) y Don’t Look Up (Adam McKay). Además de eso, colaboró junto a Damien Chazelle como coproductor de Whiplash –en su cortometraje y largometraje– y fue el responsable de la música de Andor, la nueva saga de Star Wars emitida en 2022.
El tema principal de Succession, en su esencia, forma la base para muchas de las variaciones que Britell explora en cada una de las temporadas. El compositor le contó a Vanity Fair que en cierto punto conversó con Jesse Armstrong y le propuso: “Qué tal si las ideas principales fueran casi como el primer movimiento de una sinfonía, y qué tal si en la temporada 2 es como el segundo movimiento de una sinfonía”. Así llegó a la idea de llevar la música ligeramente a otro lugar emocional, dependiendo del guion.
“Es interesante porque hay momentos en que el tema principal parece estar relacionado a un personaje, pero en realidad se termina volviendo parte de muchos de los personajes”, comentó. “Con el personaje de Logan, donde ninguno de nosotros realmente conoce completamente las profundidades de lo que está pensando, hay algunas variaciones diferentes donde también exploro diferentes tipos de formas clásicas”.
El sitio Classics FM consigna que, en 2022, Britell describió la primera temporada como un primer movimiento “Allegro”, y la segunda, como un segundo movimiento “Adagio”. La tercera temporada, en tanto, tiene “una especie de movimiento ‘scherzo‘, que viene de la palabra italiana para ‘broma’, y a menudo te da esta cualidad fuera de lo común”.
Según escribe Rosie Pentreath, las sinfonías tradicionalmente solo pueden tener cuatro movimientos. Desde ahora en adelante, podemos estar extra atentos a las sutilezas de la composición en este épico final. La canción final del capítulo “Connor’s Wedding” es quizás un adelanto de lo que se viene. Esta se siente casi como el final de temporada, tan gigante como el personaje de Brian Cox. Tan solemne y conmovedora.