Con su primer asesinato y uniéndose a la casa de los Fremen culminó la historia de Paul Atreides (interpretado por Timothée Chalamet) en la primera parte de Dune (2021). En aquella cinta, las piezas del rompecabezas de este mundo futurista y apocalíptico situado en el año 10191 quedaron sueltas y la intriga de qué era lo que pasaría con este supuesto Mesías se mantuvo hasta el final.
¿Qué nos depararía el futuro? En cuanto a la trama, solo las visiones de Atreides nos permitían adelantarnos a los giros que traería este inmenso desierto colmado de gusanos gigantes. Ahora, si hablamos de recaudación, la verdad es que era posible vislumbrar el nacimiento de un nuevo fenómeno de la ciencia ficción. Y así fue. Dune: Parte Dos (2024) se estrenó hace dos semanas en la cartelera mundial y ha superado todas las expectativas de taquilla.
El gusano devoró la cartelera semanal
En su primer fin de semana la exitosa secuela arrancó con unos sobresalientes 81,5 millones de dólares en Norteamérica, doblando así a su predecesora (con el detalle de que aquella cinta tuvo estreno simultáneo en HBO Max por la pandemia) y siendo calificada por Los Angeles Times como “el primer gran éxito de taquilla del 2024”. Al día de hoy, de acuerdo con el sitio Box Office Mojo, la cinta lleva ya más de 384 millones a nivel mundial. Un éxito innegable si consideramos que su realización tuvo un costo de 190 millones, menos de la mitad de lo ya recaudado.
Y es que las buenas críticas y el ´boca a boca´ hicieron lo suyo. En Rotten Tomatoes, Dune tiene certificación “Fresh” con un 83% de parte de los críticos. En tanto, esta segunda entrega tiene un 93%. Pero ¿lo merecía? A mí parecer, sí, y con creces. Dune Parte Dos es, al igual que la primera parte, una película intrigante. Pero no se queda en eso: esta nueva adaptación es ágil, impredecible y atrapante.
¿En qué habíamos quedado?
En la primera entrega se nos presentó el planeta Arrakis, uno habitado por diferentes casas lideradas por el Emperador y su gobierno. Pudimos ver más de cerca a los Harkonnen, que vendrían siendo los villanos de la trama; a los Fremen, que son quienes viven en el desierto y pueden dominar a los gusanos; y a los Atreides, la casa de donde viene Paul, que termina siendo atacada por los Harkonnen.
En el desenlace, Paul Atreides junto a su madre Lady Jessica Atreides (Rebbeca Ferguson) se unen a los Fremen convenciéndolos de que el personaje interpretado por Chalamet es el Mesías de la profecía que predican. Así, la segunda entrega se adentra en un terreno colmado por la espiritualidad y la revolución, en donde las enredadas relaciones de poder y el fanatismo religioso serán protagonistas. Y en donde la venganza por la muerte del padre de Paul traerá grandes repercusiones.
Una adaptación que supera a su antecesora
A modo general, la película sobrepasó mis expectativas. Si bien Dune (2021) presentó de manera magistral este mundo de arena y nos permitió conocer los conflictos que había entre las casas, la cinta pierde algo de brillo por su ritmo pausado y a veces su gran cantidad de información. En esta nueva entrega, en cambio, el ritmo es adrenalínico y no da espacio para desviar la vista de la pantalla.
Y si hablamos de pantallas, no hay otra forma de verla que no sea en cines. Yo la vi en una sala tradicional y quedé impactado por lo envolvente que es la imagen. El diseño de producción está muy bien logrado. Los atardeceres del desierto, las batallas, el silencio y, sobre todo, la inmensidad de los gusanos, son de una calidad brutal. Así que si puedes ir a gozarla en cines, no pierdas la oportunidad. Y si es en formato Imax, mejor todavía.
A medida que avanza la trama, las secuencias de acción se ponen cada vez más impactantes. En ese sentido, la película me recordó a Mad Max: Fury Road (2015), precisamente por lo bien construida que está. La acción se ocupa, por un lado, para dar a entender los peligros que corren los protagonistas al estar en el desierto y, por otro, para ayudar a dimensionar la magnitud de proporciones que tienen estas bellas e interminables dunas.
Eso sí, creo que hay algunos momentos en que los villanos recuerdan a los Stormtroopers de Star Wars, estos soldados que no terminan siendo ningún peligro para los Jedi por su nula capacidad de ataque. Pero dejando eso de lado, para los fanáticos de sagas como la misma Star Wars o Los juegos del hambre, las batallas van a ser una verdadera obra de arte. Los escenarios son construidos de manera excepcional, logrando que tanto las peleas a gran escala como las que son “uno contra uno” se sientan igual de bien logradas. El director Denis Villeneuve nos deslumbra con su talento para combinar armónicamente la emocionalidad y la crudeza de algunos enfrentamientos.
Pero lo que hace resaltar a esta película es que se dota de los mejores ingredientes de los clásicos de la ciencia ficción y le añade algo que ha faltado últimamente en los blockbusters: una historia convincente e inteligente.
Creo que es una película que le puede gustar a todo tipo de público por lo emocionante y sorprendente que es, pero también porque no cae en incoherencias ni sinsentidos. Además, las interpretaciones de Chalamet, Rebeca Ferguson (como la madre de Paul), Zendaya y Austin Butler, entre otros, aportan una credibilidad que, sumadas a un libreto bien escrito, se terminan convirtiendo naturalmente en la mezcla perfecta.
Para mencionar algunos elementos no tan perfectos de esta segunda parte, diría que el personaje que interpreta el actor español Javier Bardem a veces se siente como una caricatura de lo que puede llegar a ser el fanatismo religioso. Funciona, eso sí, porque le da un tinte de humor a la película. Sumado a eso, hay un romance (ya sabrán a cuál me refiero) que no me terminó de cuajar. A pesar de lo largo que es el filme (2 horas y 46 minutos), creo que le podrían haber dado unos minutos más a esa relación.
Para finalizar, esta es una película que no solo continúa el viaje del héroe de Paul Atreides en su búsqueda por su destino (o por escapar de este), sino que también es una que se da el trabajo de proponer temas tan diversos e importantes como la explotación laboral, el cuidado del ecosistema, la religión, entre otros. Y todo esto presentado de una forma tan prolija que a veces llega a emocionar. Así, Villeneuve nos entrega esta joyita que nos muestra todo eso que nos faltó en su antecesora, atreviéndose a tirar toda la carne a la parrilla y mostrándonos lo que yo me atrevería a calificar como un nuevo clásico de la ciencia ficción.
Crédito de la imagen: Niko Tavernise / Warner Bros.