Hay un momento de No Other Land (2024), el documental galardonado como el mejor de su categoría en el Festival de Cine de Berlín, en que una madre y su hijo se encuentran contemplando la noche a la intemperie. Están en los montes de una comunidad llamada Masafer Yatta, al sur del West Bank, en Palestina, una zona que desde hace años se encuentra en permanente disputa con el Estado de Israel. El hombre no puede moverse. Está inmovilizado del cuello hacia abajo, luego de que las fuerzas militares israelitas lo hirieran a bala durante un desalojo en su aldea. En un momento dado, este le pregunta a su madre: ‘¿Quiénes vienen hoy?’. Ella sombría le responde: ‘Nadie, nadie viene’, y se queda pensativa observando el horizonte. Lo que vemos a continuación es la noche y una tierra devastada: sin oportunidades, sin lugares dignos para vivir, sin escuela, sin nada o casi nada, si no fuera por el amor y la amistad que mantienen a flote a una comunidad que sigue esperando a que alguien venga en su auxilio.
Con la esperanza de que las imágenes pudieran tener un impacto en el resto del mundo, Basel Adra, palestino y activista por su comunidad, tomó su cámara y por cinco años se dedicó a filmar lo que ocurre en Masafer Yatta, con el apoyo de Yuval Abraham, periodista israelita que reporteaba lo que sucedía en la zona y que se convirtió en un amigo para Adra. El colectivo a cargo del filme lo completan Hamdan Ballal y Rachel Szor.
Aunque el registro es anterior a lo ocurrido el 7 de octubre de 2023, cuando estalló el conflicto tras el ataque de Hamas, los directores sienten que es aun más urgente de ver hoy. “Tú miras el nivel de muerte y sufrimiento y te preguntas, ¿cómo puede permitir el mundo que esto continúe? ¿por qué no hay una solución política que pueda cambiarlo? Y nuestro filme realmente es, de alguna forma, un llamado de desesperación por esa solución política”, dijo Abraham a IndieWire.
El disparó que recibió uno de los miembros de la comunidad durante un desalojo es solo uno de los impactantes registros que vemos en la película. Las cosas en la zona han sido difíciles desde que Basel Adra tiene memoria, pero en los últimos años han ido mucho peor. En Masafer Yatta, ubicada cerca de la ciudad de Hebrón, los vehículos militares atraviesan la zona a su antojo. Llegan con avisos inesperados de que las villas están ubicadas en un campo de entrenamiento militar, y que por eso, deben ser evacuadas. Las casas son destruidas. Hasta la escuela con los niños presentes. Pero para sus habitantes, no importa cuántas veces ocurra. La comunidad se ha acostumbrado a vivir en cuevas y a reconstruir sus casas sabiendo que en cualquier momento las pueden echar abajo. ¿Por qué lo hacen? ¿Cómo es que pueden seguir resistiendo?
Basel y Yuval tienen muchas conversaciones sobre eso, y también con otros miembros de la comunidad, y esa es una de las cosas más lindas del documental: cómo estos dos colegas, que se convierten en amigos, filosofan y expresan su desazón y angustia frente a todo lo que está pasando. Desde culturas diferentes, pero igualmente comprometidos con la dignidad. Así, nos permiten observar lo que significa vivir en Palestina. Al menos, una pequeña parte.
“¿Qué estas haciendo”, le pregunta Yuval a Basel en un momento. “Viendo mi celular”, le responde, y luego dice: “Qué mas puedo estar haciendo”. Sin una economía capaz de sustentar a su comunidad, restricciones en el tránsito y el estigma de ser palestino si se quiere comenzar una nueva vida en Israel, sus opciones en realidad no son muchas. Él tiene que quedarse para resistir, pero también porque no hay más alternativas. Está tachado. Defender y cuidar a los que se quedan, entonces, es quizás lo único que puede dar sentido a su vida. Aún con todo, la vida se abre paso.
Nadie quiere involucrarse
A pesar de ser uno de los mejores documentales del año, según los críticos, No Other Land, que se presenta este fin de semana en el festival de cine FIDOCS, en Chile, ha tenido varios problemas de exhibición. Luego de recibir el Premio al Mejor Documental en el Festival de Berlín en febrero, Yuval Abraham recibió un montón de críticas e incluso amenazas de muerte por referirse al fin de la guerra en Gaza. El discurso fue condenado por los políticos de Alemania de antisemita y su familia tuvo que abandonar su hogar en Israel por seguridad.
Durante el discurso, Abraham criticó el modo en que su gobierno trataba a los palestinos diciendo: “En dos días, volveremos a una tierra en la que no somos iguales… Tenemos que hacer un llamado por un alto al fuego”. Basel Adra ha dicho que es muy difícil para él celebrar cuando cientos de personas están siendo masacradas y sacrificadas. Los políticos, en cambio, dijeron que los comentarios hechos sobre el escenario solo representaban “un lado” del conflicto y criticaron al festival por permitir que estos fueran expuestos sin “contrapeso”. Fueron calificadas de anti semitismo, tal como también ocurre en una secuencia del documental, donde Yuval Abraham intenta discutir frente a una contraparte que no le deja espacio bajo esta premisa.
El 14 de noviembre, el documental fue estrenado en salas comerciales en Alemania y ese mismo día, la directora de Berlinale, Tricia Tuttle, decidió realizar una declaración pública diciendo: “En los últimos días, ha habido una renovada discusión sobre No Other Land y la Berlinale, y quiero ser clara en decir que no considero que la película o las declaraciones hechas por su director Yuval Abraham en la ceremonia de premios sean antisemitas. También creo que el discurso que sugiere que el filme o sus directores son antisemitas crea peligro para todos ellos, dentro y fuera de Alemania, y es importante que nos mantengamos unidos y los apoyemos”.
En Estados Unidos, el documental se ha presentado en festivales y visionados en Los Ángeles y Nueva York, pero aún no ha cerrado un acuerdo de distribución con ninguna compañía. Eso, a pesar de que los críticos aseguran que tiene buenas opciones de ser nominado los Oscar, dado el buen recibimiento de parte de la audiencia. Al parecer, el riesgo de involucrarse con un proyecto que aborda el conflicto en Medio Oriente es algo que pocos quieren asumir. Pero nada está cerrado. No Other Land se presenta este fin de semana en Santiago de Chile.