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Air: Nos encanta ver triunfar a las estrellas

Air es de esas películas que cualquiera puede disfrutar. Una película cuya trama puede parecer predecible, o demasiado manoseada, la historia de cómo una idea descabellada se transforma en la jugada del siglo, pero que termina siendo novedosa, atractiva y muy agradable de ver. Enjoyable, como la han descrito los medios estadounidenses. La nueva propuesta de Ben Affleck, quien ha probado ser un director con los pies bien puestos en la tierra (Argo, Perdida), cuenta la historia de las zapatillas Air Jordan y cómo Nike hizo hasta lo imposible por fichar al debutante de la NBA, Michael Jordan, para su división de baloncesto. En ese entonces (1984), Nike disputaba apenas el tercer lugar del mercado de zapatillas después de Adidas y Converse.

Sonny Vaccaro (interpretado por Matt Damon) es parte del equipo de marketing de Nike y un aficionado del basquetbol que ve en Jordan una revolución inminente. El relato comienza con Vaccaro y el resto del team en una ochentera oficina ubicada en Oregón. La empresa viene de un año de pérdidas y su CEO, Phil Knight (interpretado por el mismo Ben Affleck), está empezando a perder la paciencia con Vaccaro, quien ha sido contratado para potenciar la escuálida división de baloncesto de la compañía. De ahí, el arco de la historia sigue su curso natural: al sueño de firmar con Jordan, le siguen las dudas y resistencias de todos a su alrededor; la feroz competencia de sus jugadores, la determinación, el atreverse a romper algunas reglas para llevar adelante tus sueños, y finalmente el desenlace, que en esta historia es conocido por todos. Michael Jordan firmó por Nike, y su marca quedó inmortalizada hasta el día de hoy en la historia del deporte y el marketing.

Air se estrenó el 5 de abril en los cines de Estados Unidos y ya se encuentra disponible en Amazon Prime.

Si el relato es conocido, ¿por qué la película es tan entretenida de ver? Quizás porque Ben Affleck logra una sintonía entre sus personajes masculinos, que resulta imposible no disfrutar. Los silencios de Vaccaro, su tranquilidad, el toque de humor que impregna el propio Phil, la delicadeza de Rob Strasser, (interpretado por Jason Batesman), la extravagancia y creatividad de Peter Moore (Matthew Maher), a cargo de diseñar esas zapatillas rojas y negras, como los Chicago Bulls. Y, por supuesto, las ganas de ver en algún momento a Jordan triunfar en cancha, usando esas zapatillas, a pesar de que apenas aparece como personaje en la película.

El contrapunto a ese universo masculino, que Affleck crea y recrea muy bien, es el personaje de Deloris Jordan, la madre del basquetbolista (Viola Davis), quien representa los intereses de su hijo y familia. El viaje que Vaccaro realiza hasta North Carolina, verla en su casa lidiando con este hombre bajo sus propias reglas, también añade calidez y cercanía a la historia. Bajo sus propias reglas, y confiando a ciegas, ella consigue lo que se ha denominado como una revolución en el mundo del deporte: Jordan fue el primer deportista en conseguir una participación en las ventas de las zapatillas “Air” sentando un precedente para otros deportistas.

Hoy, ese relato épico parece parte del pasado. Las cifras que parecían buenísimas en ese entonces, hoy se han convertido en sumas multimillonarias difíciles de entender. La idea que empujó un hombre, hoy es una marca como cualquier otra, y quizás por eso es tan entretenido el filme. El relato es preciso en su guion y en sus recursos, no es demasiado exagerado ni demasiado simple, salvo, quizás discurso que Vaccaro le hace a Jordan, que puede estar un poquito exagerado. Es un relato que todos pueden disfrutar.

Si miramos un poco más de lejos, es también una película sobre el trabajo, sobre los negocios, sobre las marcas y el marketing. Sobre una buena campaña. No hay romance, ni familiares que acompañen a Vaccaro; el trabajo es su familia. Su afición por Jordan es su pasión también. Así es como se construyó Estados Unidos. “Es un homenaje a los valores clásicos estadounidenses, como la marca y la publicidad, la ambición y la fanfarronería, la riqueza y más riqueza”, dice Justin Chang del LA Times.

Y a pesar de tenerlo claro desde el principio, la película se sustenta por sí misma. Después de todo, en esas ideas pasajeras, en esas conversaciones uno a uno, en esos momentos a solas en el trabajo, nos jugamos parte de la vida también. Y la vida de cientos, cambia día a día con esas decisiones económicas. Echar una mirada a esos relatos resulta exquisito de ver. Aunque acertar de esa manera sea un posibilidad de una en un millón. O, incluso si la historia que vemos no se ajuste completamente a la realidad.

Credit photo: Courtesy of Amazon Studios

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