La emergente artista austríaca, quien acaba de presentarse en Los Ángeles, conversó con entrance sobre el álbum que motiva su gira, “Young-Girl Forever”, y reveló detalles del que será su próximo lanzamiento: “Estoy enfocada en crear algo más simple y efectivo”. Además, opinó sobre el espacio para la política en la música pop y detalló los obstáculos que encuentran los músicos para dar el salto en popularidad: “Por supuesto que el sistema favorece a las personas que tienen conexiones en la industria”.
“I’m so young / Young forever, but I’m also dying”, canta Sofie Royer (33) en “I Forget (I’m So Young)”, la que es, hasta ahora, su primera canción en solitario que supera el millón de reproducciones. Esa letra, reflexiva y contradictoria, es un buen reflejo de lo que es su tercer y más reciente álbum, “Young-Girl Forever”, que la tiene por estos días en una gira de quince fechas por Estados Unidos y Canadá. Un disco que mezcla sonidos del rock de los ochenta y del pop actual, los que, unidos con la sensual y potente voz de la cantante, que salta del inglés al francés y al alemán, invitan a vivir una experiencia sonora distinta, que hace bailar y pensar a la vez, que invita a disfrutar, pero con un toque de melancolía.
Un estilo único que le valió estar nominada a Mejor Pop Record en los Libera Awards, los premios de la Asociación Americana de Música Independiente, donde compitió con Kesha y Magdalena Bay, entre otras: “No gané, pero para mí, al final del día, soy solo una chica de Viena y, por lo tanto, ser considerada por una audiencia internacional a escala global es muy motivante”. En esta entrevista, Royer, quien hizo su formación en música clásica, nos relata los múltiples desafíos que tiene ser una cantante pop en el mundo de hoy, habla de la inspiración filosófica tras su último disco, cuenta qué fue lo que la maravilló en su reciente paso por Ciudad de México y da pistas de lo que será su próximo lanzamiento discográfico.
¿Cómo te ha ido en tu gira? Acabas de empezar en Estados Unidos, pero vi en tu Instagram (@sofieroyer) que antes tuviste fechas en Europa.
“En Europa en realidad estaba tocando en festivales. Supongo que puedes decir que estaba de gira. Ha sido mucho este año. Tuve shows en Texas y Nueva York, recién estaba en Europa, ahora estaré girando por Estados Unidos por un mes, y en septiembre tengo otro tour de dos o tres meses en Europa”.
¿Disfrutas estar en tour?
“Sí, es una manera muy linda de conocer a quienes realmente están escuchando tu música y poder compartir lo que haces con la gente. Me gusta mucho”.
¿Hay algo que no te guste tanto?
“Cuando eres un artista de mi tamaño no tienes mucha comodidad cuando viajas. Estás preocupada de tus instrumentos y todo cuesta dinero. El aspecto financiero, lo caro que es estar en un tour, eso no me encanta”.
¿Qué te motiva a crear música por estos días?
“Honestamente, creo que cambió cuando comencé a hacer música pop y a escribir mi propia música, fue divertido jugar un poco con estas estructuras que eran tan diferentes a mi formación en música clásica. Creo que todavía estoy descubriendo mucho sobre la música hoy, en cuanto a composición, siempre estoy sorprendida de ciertos elementos en canciones. Creo que nunca habrá una escasez de canciones, es más sobre cómo quieres escribirlas, qué tono quieres que tengan tus instrumentos en la producción, cómo quieres que combinen. La mayoría de las canciones las escribo en el piano, cantando, y luego queda preguntarse cómo quiero que suene lo demás”.
Tienes canciones tanto en alemán como en francés y en inglés. ¿Hay algún idioma con el que te sea más difícil escribirlas?
“Hablo los tres idiomas, entonces es divertido jugar un poco con el lenguaje. A veces tengo una melodía muy clara en mi mente y también una frase muy clara. En otras ocasiones, tal vez solo tengo solo lo instrumental, tal vez la produzco completamente antes de añadirle la letra. Nunca es igual”.
¿Sabes algo de español?
“Viví en Los Ángeles por un tiempo significativo, así que sé un poco, pero es muy básico. Pero acabo de tocar en Ciudad de México, en noviembre, y fue muy cool. Fue mi primera vez allí y realmente lo amé. Hay tantos músicos talentosos tocando en las calles, prácticamente en cada esquina. Me tomó mucho tiempo llegar a cada lugar. No solo porque prefería caminar y la ciudad es inmensa, pero también porque me detuve tantas veces a ver a estos músicos callejeros”.
¿Has ido a otro lugar de Latinoamérica?
“No, no todavía. Esta es la primera vez que estoy tocando en muchas ciudades, incluso en Estados Unidos. Si alguien quiere contratarme, estaré feliz de ir a tocar, ¿sabes? Estoy dispuesta a ir donde sea”.
¿Has estado en contacto con fans latinos? ¿Sabes si te están escuchando por ahí?
“En Spotify y Apple Music puedo ver que hay gente que me está escuchando. Y siempre es un poco triste cuando posteo un flyer de Estados Unidos y la gente me pregunta por qué no voy a Latinoamérica. Espero que pase en el futuro y pueda hacer más shows por allá”.
¿Estás escuchando a algún artista latino por estos días?
“Para ser honesta, no escucho mucha música contemporánea en general. La misma respuesta aplicaría si me preguntas por música estadounidense o europea. Creo que es difícil mantenerse al día con lo que está pasando musicalmente y al mismo tiempo crear música. Hay músicos que conozco que saben lo que está pasando en todas partes, ¿sabes? No puedo decir lo mismo de mí misma”.
Entonces, ¿qué música estás escuchando?
“Por el momento estoy escuchando a Ahmad Jamal en vivo en Montreal Jazz Festival de 1985, muchos discos antiguos de jazz en vivo. A veces pienso que es más interesante para mí crear en un espacio sin tanta influencia musical externa. Escucho mucho de mi propia música. He estado escuchando mi nuevo álbum, que no se ha lanzado aún, todas estas canciones que he estado haciendo. Si voy caminando por la calle, probablemente estoy escuchando mi propia música (ríe), escuchando las canciones que hice ese día, o la semana pasada. Gosh, yeah”.
En el caso del álbum “Young Girl-Forever”, que he escuchado mucho en el último tiempo, ¿nos podrías compartir qué ideas tenías antes de comenzarlo?
“Para mi tercer álbum, tenía claro que quería que se sintiera más divertido para mí, y que pudiera disfrutar más mi performance en el escenario. Antes no tuve mucha experiencia en vivo, solo después de sacar el segundo álbum que empecé a tocar frente al público, y muchas de mis canciones son lentas y un poco tristes, con temáticas un poco pesadas, entonces me sentí un poco molesta de estar tocando tocándolas cada noche, era un poco deprimente y pensaba ‘me estoy destruyendo en el escenario’, ¿sabes? Entonces quería hacer un disco que tuviera más energía, con el que pudiera pasarlo bien. Fue un álbum creado más para tocarlo en vivo”.
Con respecto a tus discos anteriores, se advierte un cambio de un tono más melancólico a uno que no diría que es feliz, pero sí bailable. ¿Puedes describirlo musicalmente?
“Tal vez diría upbeat (animado), no lo sé, es difícil. No tenía conceptos muy claros que quería lograr. Además, el proceso de creación fue bastante rápido. Lo escribí más o menos en un mes, la producción también tomó un mes, luego hubo otro mes de mezclar, y una o dos semanas para masterizar (optimizar el sonido). Así que fue un proceso muy breve y no pasé mucho tiempo masticando estas canciones. Quizás directo es una palabra que lo describe, ademá de upbeat, y bailable”.
De todas maneras, tienes distintos tonos. No es solo pop, o electropop, también hay mucho de los sonidos del rock de los ochenta.
“Sí. Me encanta el rock de los ochenta. Me gusta lo libre que se siente, y que se siente un poco punk. Me gustan mucho Bruce Springsteen, Steely Dan, y que estas personas son letristas increíbles, que cuando escuchas sus letras en combinación con la música pintan un cuadro muy vívido, puedes imaginar algo, es algo que pienso que está faltando en muchas de las canciones actuales. Las escucho y dicen algo muy específico, la mayoría de las veces no dejan mucho para la imaginación. Tal vez las canciones son específicamente sobre un interés romántico, o sobre la fama, los temas típicos del pop, y me gusta que en los ochenta era un poco más suelto, como “Eyes Without a Face”, de Billy Idol, como, de qué están cantando aquí. Tú puedes entender de qué se trata, pero aún deja bastante para la imaginación. Cocteau Twins es un muy buen ejemplo de una banda que es también un poco más vaga en sus letras. Dicho esto, para el próximo disco estoy tratando de evitar el lenguaje rebuscado, quiero hacer algo más directo. Las cosas cambian, ¿sabes? No soy alguien que vaya a defender a muerte algo en particular, no voy a decir ‘esta es la única manera en que se debe hacer’, en realidad es sobre mí misma reaccionando a mis propios aspectos en el momento. Mi tercer álbum fue hecho en respuesta a mi deseo de tocar más en vivo y pasarlo mejor, y en este nuevo disco me pregunto si de verdad necesito usar todas estas palabras. Tal vez no, tal vez puedo hacerlo de manera más efectiva. Estoy aprendiendo”.
¿Qué podemos esperar en términos musicales de tu próximo álbum? ¿Sigue la línea de “Young Girl-Forever”?
“No lo sé. Algunas canciones son diferentes. Tal vez estamos dando un paso atrás. Es difícil de describir. Estoy muy enfocada en crear algo más simple y más efectivo”.
En una entrevista hablaste de que hay mucho ruido en el pop, y de que era hora de hacerlo “bueno” otra vez. ¿Puedes elaborar esta idea?
“Siento que las personas tienen ganas de un tipo de música pop un poco diferente. Creo que el éxito de alguien como Addison Rae es un testamento de eso. Ella está trabajando con directores indie, como Sean Price Williams, para filmar sus videoclips en 35 milímetros. Estas son cosas que creo que la gente quiere, que les entusiasma. Yo no creo que tenga la habilidad de llegar a una audiencia tan grande, pero creo que la gente está interesada en un toque indie en el pop, creo que hay un apetito por ello. Al menos es lo que quiero escuchar, ¿sabes? Esa es la razón por la que estoy haciendo música. Cuando te digo que voy por la calle escuchando mi propia música, es porque ellos son realmente para quienes hago mis canciones. Si yo no puedo escucharlas, no puedo esperar que otros lo hagan”.
Un artista pop chileno, Pedropiedra, me comentó hace un tiempo que la nueva realidad de la música, con plataformas de streaming, no es muy distinta a cómo era la industria de los sellos discográficos. Que a veces incluso los dueños son los mismos y siguen escogiendo a unos pocos para destacarlos. ¿Estás de acuerdo?
«Sí. Pienso que él está totalmente en lo cierto. Digo, si tú profundizas un poco, ves que por supuesto que el sistema favorece a personas que tienen conexiones. También pienso que, en cada instancia, siempre habrá personas que verán a un artista que les gusta y los promoverán porque disfrutan de su música, pero pienso que, para estar en lo más alto, es cómo funciona, hasta cierto punto».
Con respecto a eso, he visto en Spotify que las escuchas de tus canciones han ido creciendo.
“Creo que ser un músico indie es como apostar en el casino. Cada día voy al casino, que es la industria musical, y digo ‘ok, no tengo nada para gastar, pero vamos a tirar los dados’. Así es cómo se siente. Siendo parte de la industria como una artista en solitario por los últimos cinco años aprendes muchas cosas que son bastante desalentadoras, siendo sincera, como que la mayoría de los cantantes o bandas que telonean a los grandes artistas pagan por ocupar ese lugar, compran la posibilidad de telonear a las estrellas del pop. Mira, también tienes que ser bueno, no estoy diciendo que puedes ser un artista terrible y estar en esa posición, pero digo que se requiere algo de talento, suerte, y mucho capital financiero. Y pienso que si no tienes alguna de estas cosas, ves lo desnivelada que está la cancha”.
“Yo no sé cuánto más podré financiar mi carrera musical, es una pregunta muy realista que me hago bastante. Me encantaría seguir haciéndolo, pero no vengo de una familia que tiene conexiones con la industria musical, o riqueza que puedan invertir en mi carrera. Hay una razón por la que ciertos actos lo tienen mucho más fácil, porque hay algún tipo de financiamiento permitiéndoles seguir haciendo música. Y esto no significa que no tengan talento, no quiero menospreciar a nadie, pero, tú sabes… Por supuesto ”.
No creo que ocurra ese escenario, pero si llegase a pasar que no puedes seguir tu carrera musical, ¿cuál sería tu plan B?
“Estudié psicología, filosofía e inglés como licenciatura en educación, entonces probablemente me convertiría en una profesora. Lo pasé muy bien en la universidad, me encantó poder trabajar con personas más jóvenes, ver qué está pensando la generación del futuro, cómo ven el mundo. De hecho, probablemente sería más estable emocionalmente si tuviera un trabajo como ese. Si así es cómo resulta mi vida, estaré feliz de haber podido hacer las cosas que he hecho”.
Siendo una mujer europea, y de Austria en particular, ¿qué tan demandante es llegar a tener éxito en el mundo de la música pop?
“La forma en que logré hacer algo internacionalmente es que hice mi práctica en el sello discográfico Stones Throw, que es el que publica mi música, cuando tenía 19 años, y después de dos meses me ofrecieron un empleo en gestión digital, que significaba que yo proveía toda la música a DSPs (proveedores de servicios digitales), como Apple Music o Spotify, entonces estaba trabajando con todos los nuevos lanzamientos. Tenía conocimientos técnicos, así que trabajaba con el sitio web, hacía cosas digitales para el sello, y mientras tanto también trabajé para una compañía de streaming en vivo, llamada Boiler Room. Era 2012, así que fui una de las primeras cinco personas trabando allí, era muy pequeña y ha crecido bastante. Hice eso por unos ocho años. Entonces, definitivamente trabajé por bastante tiempo”.
“Hice mi primer álbum como solista en 2020, cuando tenía 27 años. No tuve el comienzo tradicional de una carrera como esta, no estaba en medio de mis veinte y dije ‘hagámoslo’. En mi caso, fue trabajo duro y suerte, y la habilidad de haber trabajado en ciertos lugares que hicieron posible que hubiese interés en mí haciendo música y lanzándola. Así es cómo logré generar interés internacionalmente, porque no estuve solo viviendo en Austria, me fui a vivir afuera muy joven, a Los Ángeles. Pienso que para la música que está en alemán o austríaco, quizás es un poco más fácil ser conocido en ese mercado, porque no es muy grande. El mercado en alemán solo incluye a Suiza, Austria y Alemania, entonces hay muchos artistas que son mucho más conocidos que yo, por ejemplo, en esos territorios, pero que no podrían salir a tocar internacionalmente. Creo que cada caso es diferente, no creo que haya una fórmula, como que si eres de tal región, esto es lo que haces para dar el salto. Creo que eso se basa en la historia individual de cada uno, la ética de trabajo, el tipo de música, y distintas condiciones sociales y de vida que lo hacen posible”.
Teniendo ese conocimiento interno de la industria, gracias a los puestos que has ocupado, cuando estás creando tu música, ¿piensas en que si le agregas cierto elemento a tus canciones estas podrían pegar mejor en Spotify, por ejemplo?
“Ok, hay algunas cosas que considero, como la duración de las canciones y también las intro, porque en los primeros dos discos no me importó, y luego pensé que tal vez no debía hacer canciones de cinco minutos, simplemente no es la forma en que se consume la música por estos días, entonces al final sí piensas en estas cosas. En cuanto a prepararme para crear música que se vuelva viral, o algo por el estilo, no sé si tengo eso en mí, no creo que tenga esa cualidad. Y escucho algunas de estas canciones en Spotify y es como, wow, solo tienen un verso y el coro dos veces y la canción termina y en total dura un minuto y medio. No sé si alguna vez seré capaz de hacer algo así, sinceramente. También pienso que hay algo impresionante en lo que hacen, hay personas que tienen un gancho que es muy pegajoso, y se repite tres veces y boom, esa es la canción, listo, y tiene miles de reproducciones. Estoy muy impresionada por ese nivel de composición. Yo hago demasiado”.
Leí un poco sobre la filosofía detrás de tu último álbum, sobre la teoría de la jovencita (Young-Girl), del grupo Tiqqun, que se refiere esta figura ideal para que se reproduzca el sistema capitalista en todos los ámbitos de la vida, simbolizada en la mujer joven como su mayor expresión. ¿Cómo lidias con la idea de inevitablemente cumplir el rol de esta mujer-joven, como música o cantante pop?
“Supongo que, como en todo, hay días en que me tortura pensarlo y pienso que es súper importante, y hay muchos días en los que pienso que no importa demasiado, ¿sabes? Yo no definí hacer un concept album o algo así, pasó que estaba leyendo este libro (Primeros materiales para una teoría de la Jovencita) mientras estaba en gira, mientras creaba estas canciones, y pensaba ‘esto es muy divertido, debería incorporarlo como el título’, porque pensé que sería algo que disfrutaría hablar en entrevistas, porque, sabes, la gente te pregunta ‘cuál es la idea detrás de este disco’ y pienso ‘fuck, no lo sé, son solo canciones, es solo música, una expresión de uno mismo’. Pero sí, pensé que el libro era tan divertido y preciso, aun habiendo pasado casi treinta años desde que se publicó, creo que muchos de los puntos que hacen todavía destacan. Es de esos libros que predijeron algo. Podríamos hablar de la cirugía plástica, de cómo todas las personas buscan un tipo específico de estética facial, de la presentación de uno mismo en el día a día. Pienso que hay tanto que decir, y también puedes solo ignorarlo, que es lo hermoso de todo esto”.
En ese sentido, ¿qué piensas de las redes sociales? Es un lugar donde todos intentamos vender una imagen. Entre las personas más jóvenes, por ejemplo, muchas de ellas sueñan con ser youtubers o tiktokers.
“Sí, eso me parece muy extraño. Cuando estaba enseñando en una escuela, porque tuve que hacer una cantidad de horas cada semestre en una escuela pública en Austria, muchos de ellos decían ‘quiero ser un influencer, quiero ser un Youtuber’, y yo pensaba, esos no son trabajos reales, lo siento”.
“Yo crecí con dos padres que son ingenieros, que trabajaron en el proyecto de la primera generación del Internet, que era muy utópico, que se suponía que conectaría a la humanidad sin fronteras, sin prejuicios, algo muy socialista, de alguna manera. Y en algún grado pienso que el internet y su subcategoría redes sociales le hacen justicia a eso. Tal vez no ahora mismo, porque, por lo menos para mí, desde que Instagram cambió su algoritmo la gente ya ni siquiera ve lo que posteo, no entiendo por qué, pero al menos hasta hace dos años Instagram cumplía la función de permitir comunicación directa con la gente que disfruta de mi música. Entonces, para mí, todavía sirve como una herramienta democrática, porque sin ella un artista poco conocido, como yo, tal vez no tendría cómo comunicarse con las personas, o postear sobre cosas, o incluso encontrar una audiencia”.
“Creo que estas herramientas podrían ser usadas en una buena manera, puede ser una excelente forma de estar en contacto globalmente. Yo sigo siendo una chica de los 2000, el Internet es genial, amo mi teléfono, amo estar online, hay tanto por aprender, especialmente si no vives en un lugar muy vivo culturalmente, puedes observar distintas escenas musicales alrededor del mundo, distintos artistas, lo que sea que te interese. Pero sí pienso que estas herramientas podrían desarrollarse de una manera más progresista. Es una pena que sean usadas para impulsar agendas políticas, para influir en elecciones, es tan corrupto moralmente. Y no creo que sea culpa de las herramientas mismas, creo que son geniales, sino de quién está poniendo las reglas sobre cómo usamos esas herramientas”.
Para ir terminando, ¿crees que hay espacio para la política en la música pop?
“Sí, creo que sí. Me preguntan mucho esto porque no soy tan política públicamente, pienso que estoy un poco cansada de que la política domine tantos espacios de nuestra vida diaria, y algunas veces desearía que el arte fuera, al menos en mi caso, un espacio libre de ella, que pueda existir sin una agenda o influencia, porque, no sé, soy algo socialista, no apoyo ningún lado la mayor parte del tiempo, estoy muy frustrada a veces, políticamente, por ambos lados, conservador y democrático, y pienso que, a menos que empecemos a apoyar políticos que tienen una agenda socialista, no sé si querría incluir la política en mi música. Por otro lado, siempre hay cosas horribles pasando en todo el mundo, pero en muchos casos, para mí al menos, no son blanco o negro, y aunque pueda inclinarme para un lado sobre el otro, pienso que el discurso nunca favorece los matices, siempre favorece opiniones muy binarias, o estás en lo correcto o te equivocas, y creo que este tipo de pensamiento no está muy orientado a las soluciones”.
“Además, vivimos en una sociedad muy hegemónica, donde hay grandes razones para mantener una guerra por años y años, o para querer incitar agitación social, con el fin de que no haya un levantamiento de clases, es como, ‘peleen entre ustedes, así nosotros seguimos aquí arriba haciendo lo que hacemos’. Pienso que es muy triste, y quizás la música es mi pequeño escape, donde tengo un espacio seguro. Pero claro, incluso teniendo un tipo de canciones antipolíticas, también eso es político. Y en mi nuevo álbum sí habrá algunas canciones más políticas, así que ¡supongo que aquí vamos! (ríe). ¡No puedo parar!”.
Por último, Sofie, considerando que tu padre es iraní y que Irán ha estado en las noticias en los últimos años por distintos conflictos sociales, ¿cuál es tu opinión de lo que ocurre allí?
“Es difícil hablar sobre, esto porque no se sabe lo que puede meter a la gente en problemas, pero un excelente documental que le recomendaría a cualquiera es uno sobre la estrella de pop iraní Googoosh, Googoosh: Made of Fire (2024), que ofrece un retrato muy interesante de la revolución. Mis padres vivían allí cuando ocurrió y huyeron. Creo que esta película, que fue motivada por el asesinato de Mahsa Amini (en 2022), es buena para saber lo que está pasando allí”.
“Espero que el país sea libre en algún momento, de verdad, y luego, por otro lado, también espero que no caiga en la agenda estadounidense. Esa es mi otra esperanza”.