La edad dorada

«La edad dorada»: La serie de época de la lucha por el poder social que debes ver

Existe un subgénero no oficial tanto en cine y series como en literatura al que conocemos como “de tacitas”, y es uno de los favoritos en las redes sociales. No es para menos, tanto si nos encontramos con una película, un show de tv o un libro, la gran ambientación estética e histórica le hacen ser perfecto para el ‘postureo’, pero también para el bienestar emocional que invitan este tipo de obras. De ahí que encontremos habitualmente publicaciones sobre la película Orgullo y prejuicio o el éxito reciente de Netflix, Los Bridgerton, porque son un ‘comfort place’ en un complicado contexto actual.

La protagonista de nuestro artículo pertenece a ese subgénero y es la serie del momento para los amantes del cine “de tacitas”. Sin ir más lejos, es obra del propio Julian Fellowes, creador de Downton Abbey. Hablamos de La edad dorada (The Gilded Age), de HBO (Max y HBO Max en streaming), y que deberías ver si no has caído ya en la tentación.

La guerra del poder social del Nueva York del siglo XIX

Con la buena fama y el prestigio que le precedían a Fellowes al ser el autor y artífice de la serie por antonomasia del género “de tacitas”, Downton Abbey, las expectativas puestas en su último proyecto para HBO eran altas, y podemos decir que se han cumplido en parte.

Y es que La edad dorada muestra un lado que no había sido habitual en la ficción de este estilo, el siglo XIX en la ciudad de Nueva York. La serie de Fellowes demuestra que es una época con mucho potencial, y más con el conflicto en el que se centra el británico. Si en Downton Abbey se mostraba la dualidad de los trabajadores con la aristocracia, en este show la tensión está entre la clase noble basada en títulos y los nuevos ricos, que aparecieron con el estallido del capitalismo.

En esta lucha de clases en pleno crecimiento de Nueva York tal y como la conocemos ahora tenemos a unos aristócratas que quieren mantener su círculo cerrado de títulos nobiliarios y prestigio, frente a unos millonarios capitalistas recién llegados que ven las puertas cerradas al querer entrar allí.

Este es el principal argumento enfocado en dos papeles femeninos sobre los que se asientan a su alrededor el resto: Agnes van Rhijn (Christine Baranski) como insignia de la clase alta anterior, y Bertha Russell (Carrie Coon), como enseña de las nuevas ricas del capitalismo. Y en la virtud de lo bien que se muestra esta lucha en distintas facetas de la vida social y personal está la mayor atracción de La edad dorada.

En la ambientación, su mejor virtud

Precisamente, esta lucha social en una Nueva York que proyecta sus primeros rascacielos y la ambientación histórica es el sobresaliente de la producción de HBO, que destella un lujo y una elegancia que hacen un deleite para los amantes de las ficciones históricas, además de tener la clase para los fans de las “tacitas”.

A pesar de que, como todo producto de ficción, se permite licencias en la historia, nos recrea muy bien momentos clave como la guerra de la ópera entre la clásica Academia de la Música y la nueva Ópera Metropolitana de Nueva York (MET) como metáfora de la lucha social protagonista de La edad dorada, o incluso la inauguración de la iluminación en las calles de Nueva York.

Una serie que, además, y según ha reconocido el propio Fellowes, también tiene una marcada reivindicación del papel de la mujer, así como la situación de los trabajadores frente a “los capitalistas sin escrúpulos” y el trato racista abierto que había en ese entonces.

Una recreación de aquel Nueva York del siglo XIX que es reconocible, también, gracias al impecable vestuario fiel, otra de las señas de identidad de La edad dorada. Toda una historia de la moda ante nuestros ojos y que es obra de la diseñadora Kasia Walicka-Maimone, con Premio Emmy incluido.

La pasión y el ‘enganche’, asignatura pendiente

Las virtudes de La edad dorada en el ambiente, en la recreación histórica y en saber ejemplificar la lucha social en el Nueva York del siglo XIX, se quedan un poco minados por la falta de pasión en las historias románticas que nos enseña la serie. Unas relaciones que, en muchas ocasiones, no acaban de desarrollarse, o quedan muy cortas en el tiempo, como sucede con la tía Ada, hermana de Agnes van Rhijn.

En este mismo sentido, por ejemplo, no se ahonda en aspectos que podrían dar juego, y luego que se tenga que esperar para una pequeña pincelada de dos de los también protagonistas, los jóvenes de las dos familias “antagonistas”: los van Rhijn y los Russell, como son Marian y Larry. Aunque parece que van a tener una relación, la serie esquiva de ello o va cocinando todo a fuego lento.

Por cierto, Marian Brooks interpretada por Louisa Jacobson, nacida Gummer, e hija de la afamada actriz Meryl Streep, es una intérprete que sigue los pasos de su madre y hermanas, y que ha cumplido un sueño al participar en La edad dorada, al reconocer ser fan de Downton Abbey y que quedaba con sus amigas para ver juntas la serie con un ritual que incluía vino, comida rápida y chocolate.

Dicho esto, dos temporadas tiene ya disponibles La edad dorada en Max (EEUU y Latinoamérica) y HBO Max (España), y una tercera ya confirmada para bien de los espectadores. Unos nuevos episodios cuyo rumbo deja entrever el final de la segunda, y que promete añadir más “pimienta” a la lucha social de los bandos de la clase alta de la gran manzana, así como seguir su paseo por la historia de la ciudad y las reivindicaciones sociales.

*Escucha nuestro podcast, «Diálogos sobre cine», aquí.

Crédito de la imagen: HBO

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