Este artículo contiene una revisión detallada de Dead Ringers, incluyendo el final y todo tipo de spoilers.
Dead Ringers no es solo un papel protagónico para Rachel Weisz. Dead Ringers es una idea con la que fantaseaba antes de que fuera siquiera una posibilidad. Estaba viendo la película dirigida por David Cronenberg (1988) y protagonizada por Jeremy Iron y se preguntó ‘qué tal si este rol fuera interpretado por una mujer’. La idea resultó irresistible en su cabeza y decidió reclutar a Alice Birch, conocida por su trabajo en Lady McBeth, The Wonder (Sebastián Lelio) y, la serie Normal People, por su particular forma de aproximarse a los personajes femeninos.
Desde el primer episodio, vemos a estas dos brillantes mujeres, Elliot y Beverly, respetadas ginecólogas de Nueva York, compartir sus ambiciones y proyectos de vida a un punto casi peligroso: además de su pasión por la ciencia, las gemelas trabajan en el mismo hospital, por momentos se intercambian para atender a sus pacientes e incluso comparten sus parejas sexuales. La historia comienza a tomar otro curso cuando Beverly se enamora de Geneviève, una famosa actriz que visita su consulta en el primer capítulo, y que quiere solo para ella. Para sorpresa de Elliot, este affaire que ella misma propició se convertirá en algo más que una noche casual, y desencadenará una serie de sucesos que llevan a la serie por el camino del suspenso y el terror.
Rachel Weisz interpreta ambos personajes con maestría: los pequeños matices en sus miradas, sus sonrisas, sus cuidados atuendos. Para llegar a ese nivel de detalle, Birch y Weisz estuvieron trabajando en el proyecto por años “Nos metimos de lleno en el tema”, dijo Birch a Harper’s Bazaar. Interpretar a dos personajes tan complejos a la vez fue un trabajo arduo, especialmente en términos de logística y horas de rodaje. Pero que al verlo montado casi ni se nota. A continuación, desentrañamos algunos de los motivos más atractivos de la serie.
El cuerpo femenino
La historia de Dead Ringers está inspirada en el caso real de dos gemelos médicos que fueron encontrados muertos en su departamento de Manhattan en 1975. La película de David Cronenberg sigue esta misma trama, pero esta versión de Dead Ringers, con dos mujeres como protagonistas hizo posible traer a la mesa todos los símbolos propios del cuerpo femenino.
La sangre, la menstruación, el útero o el feto –que es abortado espontáneamente por Beverly en los primeros minutos– corresponden a un universo propiamente femenino que no sería posible de ver en otra versión de la historia. Pareciera que hay un tono perturbador en el modo de mostrarlo, porque los partos son expuestos de forma explícita, con manchas de sangre en el rostro de las protagonistas, así como sus complicaciones. Pero no es más que la realidad con la que lidian las mujeres mes a mes en la menstruación. “Al latir con paradojas, la sangre evoca el precioso valor de la vida siempre y cuando siga contenida en nuestros cuerpos; pero cuando se escapa en ardientes y rojos borbotones se congela en un sombrío e inolvidable símbolo de la muerte”, dice El Libro de los Símbolos sobre la sangre.
“Queríamos que la serie empezara en un lugar muy básico y familiar porque sabíamos que queríamos llevarla a un lugar mucho más elevado y operístico al final. No he visto un parto representado en la pantalla de una forma que no esté realmente desinfectada. Así que era importante que empezáramos por ahí, un lugar que nos resulta familiar”, dijo Birch a Fangoria.
En un contexto de mayor conservadurismo sobre estos temas, retratar el acto de tener un hijo como un acto físico, que conlleva esfuerzos, dolores; y en algunos casos muertes, resulta un terreno fértil de representar. En la serie se habla de los dilemas éticos que nos plantea el avance de la ciencia, de los ultrajes al cuerpo femenino, de cómo un parto justo y agradable es algo que sólo pueden costearse las clases acomodadas, entre otras muchas cosas. Pero esta no asume una postura al respecto, presenta los matices. El centro son sus personajes principales, quienes transitan este mundo, en cenas con personajes ricos que ven en estos avances una oportunidad de negocios. Nos sugiere que lo femenino es también un terreno en disputa por el poder.
En el primer capítulo, Elliot le dice a su gemela: ‘Beverly, ella ( Geneviève) tiene el útero más extraordinario’. Su útero es bicorne, lo que significa que tiene forma de corazón y al verlo pensé cuánto nos falta saber de nuestros propios cuerpos hasta hoy.
La ciencia
En entrevista con Vulture, Alice Birch y Rachel Weisz contaron que en esta versión de la historia decidieron imbuirse mucho más en el rol de obstetras de sus protagonistas, en lugar de solo ginecólogas, lo que les permitió introducir preguntas sobre el origen de la vida, el modo en que cada ser humano llega a este mundo y las posibilidades de la ciencia. “Había oído a un médico en las noticias hablar sobre el momento en que deciden, al practicar una cesárea, cuándo empieza la vida. Me pareció extraordinario que alguien dijera eso. Así que pensé, ‘tal vez estas dos mujeres tienen algún tipo de poder divino’”, dijo la guionista a Vulture.
Esa pregunta respecto de qué tan lejos puede llegar la ambición –interpretada también por la familia que les aporta capital para llevar a cabo su proyecto– es otro polo de conflicto que aporta tensión a la serie. Mientras Beverly quiere ofrecer un parto consciente y amigable para las mujeres, Elliot desea explorar todo lo que se pueda. Sin permiso de su hermana fecunda uno de sus óvulos con el esperma de un compañero de trabajo y los hace crecer más allá de lo permitido.
En el terreno de la ciencia, observamos todo un imaginario de herramientas desde el bisturí para realizar la cesárea hasta los forceps para coger la cabeza del bebé en el momento del parto. “El cuchillo sigue siendo un símbolo del intelecto humano que corta de manera limpia lo superfluo y lioso, que separa y diferencia analíticamente, pero que también es capaz de efectuar una despótica y desalmada disección”, dice El Libro de los Símbolos sobre el cuchillo.
Quizás la escena que mejor muestra esta ambigüedad es cuando las gemelas están asistiendo el parto de cuatrillizos en el nuevo centro de Alabama. Beverly ejecuta los cortes con precisión para sacar a los bebés del vientre de Florence, mientras que Elliot, en un descuido, ejerce una presión indebida que le produce una hemorragia a la paciente. Ella, quien estaba más tentada de desafiar a la naturaleza, es quien termina “cayendo” por este incidente.
La muerte: el lago, el suicido y el asesinato
Otro atractivo de Dead Ringers es el género elegido. Por momentos parece que predomina el suspenso, por momentos el terror, por momentos solo drama. Desde el primer episodio vemos que esta dependencia entre ambas tiene alterado el subconsciente de las protagonistas. Hay incomodidad, molestia y deseos profundos que se sugieren, pero no se dicen completamente.
Este motivo queda de manifiesto en una breve toma del lago, en el primer capítulo, donde Beverly y Elliot de niñas aparecen nadando y sumergiéndose en el agua. Luego, en el cuarto capítulo, Beverly vuelve a recordar este episodio: había un bote, ellas se estaban bañando y de repente Elliot desaparece. Beverly no la puede encontrar. Desde entonces ha estado queriendo y no queriendo ser una mitad, dice. ¿Acaso sueña que su gemela desaparezca?
“El lago, para muchos pueblos, ha sido un símbolo de la tierra de los muertos, de vida perdida en la sustancia líquida y la oscuridad de otro mundo (…) Con reflejos y fantasías de los deseos del corazón, estas criaturas imaginales (las ninfas y nixies que viven en el largo) seducen a sus víctimas y las ahogan en los paradisiacos deseos de la mente inconsciente”, dice el libro.
Este instinto agresivo, como proveniente del subconsciente, también se expresa en la escena donde Elliot está de fiesta en su departamento y conversa con Agnes, a quien repentinamente empuja desde la terraza. No queda del todo claro si fue una alucinación o un hecho. Algunos biólogos afirman que esa agresividad primitiva es tan fundamental para nosotros como el hambre o la sexualidad, dice El Libro de los Símbolos. Ambos rasgos son distintivos de Elliot, quien aparece en varios momentos comiendo vorazmente y quien al final de la historia es capaz de hacer la incisión en el vientre de su hermana y dejarla desangrarse hasta morir.
No es un asesinato propiamente tal, ya que Beverly es quien le pide a su hermana que tome su lugar. Ante el dilema de separarse para siempre ella prefiere sumergirse en ese lago y olvidarse de que tuvo una gemela. ¿Eran tan distintas después de todo? Una serie que vale la pena ver.