¿De qué está hecha una persona que alcanza una fama total? ¿Cuánto reflejan nuestros famosos los anhelos, traumas y deseos profundos de la sociedad? En Ídolos (Universidad Diego Portales, 2023), un fascinante libro editado por Leila Guerriero, cronistas de diversos países y trayectorias intentan elaborar un retrato de trece ídolos de Latinoamérica, entre ellos Jorge González, Cecilia Bolocco, Mercedes Sosa, Diego Maradona, Shakira y Luis Miguel.
Es una lectura ágil, envolvente y placentera. Después de todo, quién no ha querido saber más detalles de su cantante o jugador favorito. Estos nombres, probablemente, sonarán familiares para cualquier hispanohablante que haya vivido durante las últimas tres décadas en América Latina. Es, a la vez, un íntimo perfil de sus protagonistas y un recorrido por los convulsionados años ochenta, marcados por el dominio absoluto de la televisión, la vuelta a la democracia en varios países de la región, y el desafío de transitar hacia una nueva modernidad en donde los valores del individualismo, la libertad y el mercado comenzaban a dejar atrás las consignas de los sesenta y setenta. Eso, aunque algunos de esos ídolos también vivieron parte de esas décadas, como Caetano Veloso y Pelé.
En algunos de estos perfiles, como el de Veloso, Mercedes Sosa y Víctor Jara, el estatus de ídolo se encuentra íntimamente emparentado con su música y el momento de la historia que lograron encarnar con sus canciones: son mitos que, hasta hoy, se relacionan con causas sociales que las nuevas generaciones toman como propias, en un esfuerzo por definir su identidad. Su fama tiene mucho que ver con “encarnar el espíritu de una época”. Y, por eso, siempre será interesante conocerlos: obra y autor, autor y obra.
En otros casos, la razón de la fama es más escurridiza y parece que tiene que ver con cosas que muchos llamarían más “superficiales”, como la belleza, la televisión (Cecilia Bolocco y Susana Giménez), el deporte, los escándalos (Luis Miguel y Maradona). Son motivos difíciles de clasificar, donde se entremezclan la clase, los estereotipos de belleza, lo que consideramos correcto, lo que proyectamos inconscientemente. Un terreno sabroso y profundamente fértil para quienes estudian la sociedad.
En no pocos casos, en la vida de esos ídolos ocurren sucesos que se entrecruzan con la historia y el poder, y que hacen ruido hasta hoy, como cuando Cecilia Bolocco le pidió al mismísimo Pinochet que le prestara el Palacio Cousiño para su primera boda. O cuando Pelé, consciente o no, recibió dinero de la dictadura brasileña para no fichar por ningún otro club y quedarse en Brasil, pues eso era más conveniente. El caso de Víctor Jara es brutal y, a pesar de ser muy conocido, vuelve a ser emocionante leerlo.
Quizás lo que nos une con estas personas es que sufren los mismos males que todos, pero muchísimo más. Son chivos expiatorios de los sentimientos difíciles que nadie quiere hablar, pero que vemos a diario en las noticias: la adicción, la violencia, la envidia, el machismo o la homofobia, que sigue generando adeptos en políticos oportunistas. Me quedo también con la pregunta planteada por Guerriero en su prólogo: ¿por qué en algunos países es tan fácil reconocer ídolos y en otros no? En Chile pasa mucho… lo de encontrar famosos, artistas o deportistas, que, en realidad, poco cariño tienen del público.
Este libro es un punto de entrada para intentar responder estas y otras preguntas. Una escritura agradable y repleta de referencias e historias para los amantes de la cultura pop.
“Borges dice que muchas cosas anteriores a Kafka pasaron a ser más interesantes después de él: que el pasado fue mucho más influenciado por Kafka que el futuro (…) Yo pienso como Borges: “Un gran autor inventa a sus precursores”. Estos textos invitan a revisitar los años noventa y dos mil a través de los mitos que nosotros mismos hemos creado.
