En la nueva entrega de la saga Creed no hay espacio para Rocky Balboa, el icónico personaje de Sylvester Stallone. Esto, porque la historia que nos cuenta se sacude completamente de la sombra de Apollo Creed y su mundo, y se enfoca exclusivamente en los traumas del protagonista, Adonis Creed, interpretado por Michael B. Jordan. Adonis, lo sabemos, tuvo una infancia difícil, y en este filme se nos revela que en un momento pasó por un hogar de cuidado donde fue maltratado. Su amigo y también fanático del boxeo Damian Anderson, encarnado en su versión adulta por Jonathan Majors, pasó por esto junto a él. El conflicto central de la cinta surge de las cicatrices que dejó un confuso incidente causado por Adonis, donde Damian fue detenido por la policía y él logró zafar, lo que derivó en vidas completamente diferentes. Jordan, quien hace aquí su debut como realizador, dijo a Rolling Stone que Creed III es un reflejo de sus experiencias como hombre negro y “una manera de compartir una parte de mí mismo con el mundo”. Lo cierto es que esta intención se transmite desde la pantalla, mostrando a un Adonis auténtico, confundido y atribulado.
“Adonis está tratando de comenzar una familia y de lidiar con su trauma del pasado sin saber cómo hablar y ni cómo expresarse. Sin saber por qué se siente menos, por qué siente que no merece lo que tiene”, profundizó Jordan en la clásica revista. La pelea estelar del filme, que es donde ocurre el clímax de cada parte de esta saga, tiene ese trasfondo. Mientras Damian viene saliendo de la cárcel y está dispuesto a todo con tal de cobrar venganza, Creed acepta retornar al ring –se había retirado– luego de ser obligado a recordar que antes tuvo otra vida, que quizás la vida acomodada que lleva hoy se debe a una casualidad; que quizás debió haber hecho algo por rescatar a su amigo de la policía; que quizás era Damian, y no él, quien debía alcanzar la gloria en el boxeo. Aunque en las películas anteriores Creed siempre contó en su esquina con su entrenador, Rocky Balboa, en esta oportunidad este personaje ni siquiera es mencionado. “Yo soy más sentimental. Me gusta que mis héroes reciban golpes, pero no me gusta que vayan a un lugar oscuro. Siento que las personas ya lidian con suficiente oscuridad”, señaló Stallone a The Hollywood Reporter, ligando su ausencia a la trama de la cinta. Con los resultados a la vista, podemos decir que no se le echa de menos: el Adonis que vemos, de una edad más avanzada y enredado con sus propias actuaciones del pasado, merecía resolver sus conflictos por las suyas.
Por otro lado, las películas de la serie Creed son tan excitantes y atractivas como lo son los rivales que se le ponen en frente al protagonista. Y en Creed III el rival es uno de los puntos altos del filme. Jonathan Majors no solo se pone al nivel de Jordan en cuanto a tener un estado físico impresionante, sino que también nos convence de ser un hombre gastado por la cárcel, golpeado por la vida y más viejo que su amigo, aun cuando es tres años menor que el intérprete de Adonis. Su rostro siempre luce indescifrable, entre humilde y soberbio, entre ingenuo y rudo, una cualidad que hace a su personaje difícil de odiar hasta que se hace odiar, a propósito, con las trampas y estrategias que crean de manera infalible a un buen villano. Damian Anderson cumple con ser un obstáculo de peso. Y la batalla final, donde el ring por momentos se transforma en una celda, donde los boxeadores a ratos vuelven a ser el niño travieso que andaba por las oscuras calles de Los Ángeles, es un espectáculo donde destacan las actuaciones –la pelea es tan emocionante y brutal como las de las cintas anteriores– y especialmente la dirección: aplausos para Jordan.
Por último, también es rescatable cómo a través del guion se van plantando semillas para una nueva etapa de la saga, ya que durante la película vemos cómo la hija de Adonis y Bianca, Amara (Mila Davis-Kent), se tienta con la pasión de su padre: sabemos que le dio un golpe de puño a una compañera en el colegio, y observamos cómo, a escondidas, ve los videos de las antiguas peleas de Adonis. Cuando este descubre a Amara, comienza a enseñarle la técnica del boxeo, lo que no puede ser solo un detalle. Es cuestión de tiempo que veamos a una boxeadora como protagonista en la saga que comenzó con Rocky y que ha continuado de manera exitosa con Creed.
Créditos de la imagen: MGM Studios