La artista Chiharu Shiota nació en Osaka, Japón, a comienzos de los años setenta, pero vive en Berlín desde 1997. No es una dibujante tradicional. A ella le gusta crear dibujos a gran escala, en tres dimensiones, como si fuera una arquitecta, usando como pincel el hilo, la lana y otros materiales.
Tal como se lee en las paredes del Hammer Museum, en donde instaló un gran proyecto con motivo de la inauguración de la nueva entrada del Museo, “sus instalaciones de otro mundo emplean un único gesto repetido: una línea trazada con hilo”. Con este material, que es como su lápiz grafito, construye espacios que evocan las cavernas subterráneas por donde circulan las hormigas, el modo en que se reproducen los hongos sobre la superficie o, por qué no, las pequeñas partículas de un virus propagándose por el espacio sin que nos demos cuenta; invisibles para nuestros ojos, pero muy presentes.
Para la artista también hay una dimensión espiritual detrás de estos proyectos. “En estos espacios entretejidos, que reflejan la gran escala de la arquitectura religiosa y ceremonial, las cuestiones personales de Shiota se transforman en grandes investigaciones filosóficas” sobre, por ejemplo, la muerte, las almas, nuestra conexión con el universo, el amor, el deterioro del cuerpo o la conexión a través del amor. Por eso ella usa el rojo.
Aunque no estemos conscientes de ello, siempre hay formas y sucesos ocurriendo a nuestro alrededor: desde los procesos internos de nuestro propio cuerpo hasta el movimiento del universo. A Shiota le gusta poner atención sobre esos mundos, quizás como recordatorio de nuestra propia humanidad. Ella misma ha padecido la enfermedad del cáncer en dos oportunidades y estas instalaciones también pueden leerse como ese deterioro que se expande, y que, aunque queramos, no podemos frenar por nuestra propia condición.
“Las sobrecogedoras formas de la artista son producto de una profunda exploración de la relación entre cuerpo, espíritu y materia que recuerdan las prácticas experimentales popularizadas por los artistas y colectivos artísticos que surgieron en Japón tras la II Guerra Mundial, el más conocido de los cuales es hoy la Asociación de Arte Gutai”, dice la nota curatorial.
En algunos casos, la artista añade objetos y elementos a sus instalaciones, como, por ejemplo, puertas, barcos o un piano con su asiento. “Desde una colección de zapatos desparejados hasta maletas, vestidos, llaves, páginas de un libro, marcos de cama y puertas, los materiales que introduce han vivido en otros lugares pero son convocados como arteria de una experiencia psicológica personal y colectiva”, escribe el sitio Ocula.
A sus 51 años, Chiharu Shiota ha conseguido importantes logros en el mundo del arte. Representó a Japón en la 56th Bienal de Venecia. Estudió un tiempo con Marina Abramovic, conocida por sus performances que ponen en tensión el cuerpo y las emociones. En 2008 hizo su debut en solitario en Estados Unidos, con la instalación Waiting en Goff+ Rosenthal. Y, en los últimos años, ha expuesto en algunas de las ciudades más importantes de Europa y el mundo. Hoy se encuentra exhibiendo en Suiza, Austria, Alemania y China. Para seguir su trabajo visita chiharu-shiota.com.
Crédito foto principal: Kenta Mabuchi