Fueron seis años, ni más ni menos, los que Bradley Cooper pasó preparándose para dirigir a una orquesta tal como lo hacía el famoso conductor y compositor Leonard Bernstein, fallecido en 1990. El actor de A Star is Born (2018) es un apasionado del cine, lo que no solo se demuestra con este entrenamiento para una de las escenas clave de Maestro (2023, disponible en Netflix), filme sobre la vida de Bernstein que dirigió, protagonizó y coescribió, sino que en todo el trabajo que rodeó esta cinta que está nominada a siete premios Oscar, incluyendo Mejor Película, Mejor Actriz, Mejor Actor y Mejor Guion Original. “Bradley trabaja más duro que cualquiera que yo conozca”, dijo recientemente el otro guionista de la cinta, Josh Singer.
Hace unos días asistimos a una función de Maestro en la que estuvo presente Cooper, quien se mostró chispeante, relajado y encantador. No muy distinto a como tantas veces lo vimos en la pantalla grande. El actor, quien se llevó una ovación de pie al pasar al frente en el cine Aero, contó varios detalles de la producción de la cinta, elogió el trabajo de su coprotagonista Carey Mulligan (candidata seria a la estatuilla en su rol de Felicia) y reveló cómo fue interpretar a Bernstein: “Sentí que tenía una responsabilidad. Fue intimidante, pero a la vez fue un privilegio. Cuando te rodeas con personas maravillosas y más talentosas que tú, los miedos se van despejando”.
En conversación con su amigo, el actor Brian Klugman (quien interpreta a Aaron Copland en Maestro), Cooper contó cómo surgió la idea del filme: “Steven Spielberg tenía el proyecto, Josh Singer había escrito un guion, y a mí siempre me gustó el ejercicio de conducir una orquesta. Y bueno, sucedió que cuando había terminado de filmar A Star is Born me enteré de esto y le pregunté a Steven si había una posibilidad de participar (…) luego Josh y yo nos pusimos a investigar, escribimos este guion y Netflix, gracias a Dios, accedió a producirla”. En el proceso de investigación, el actor de El francotirador (2014) se enteró de la vida de Bernstein, de quien era un fan, pero sin mayor conocimiento de su vida: “Realmente me impresionó lo que encontramos. Obviamente allí nos enteramos de su relación con Felicia Montealegre y su familia, que fue una fuente de material inspirador de nunca acabar”.
Esa relación es el núcleo del filme. Los vemos jóvenes y enérgicos, cuando se conocen, y luego los seguimos hasta su vejez. En ese trayecto destaca la sólida interpretación que Mulligan hace de Felicia, a quien Cooper llenó de elogios: “Ella llegaba cada día a las grabaciones y era Felicia. Vimos a una Felicia de veinte años, y luego, cuando grabamos la escena en que está muriendo, con el equipo de rodaje sentimos que, de alguna manera, en los 54 días que duró el rodaje, vimos a esta chica transformarse en una mujer y luego luchar contra el cáncer. Fue como un truco de magia que tuvimos frente a nuestros ojos. No puedo decir lo suficiente de ella, creo que su trabajo para esta película es simplemente increíble”.
Ante la consulta de cómo fue el proceso de transformarse en Bernstein, el actor y cineasta comentó: “No fue solo el maquillaje. También fue la voz. Para mí, ser capaz de habitar su voz era el desafío”. Para esto, Cooper trabajó con el entrenador de voz Tim Monik, quien lo preparó por primera vez para la cinta El francotirador: “En esta película todo es sobre las voces, cómo hablan, esa es la inspiración para la estructura de la película, la melodía de cuando conversan entre ellos, que viene de grabaciones reales donde los escuchamos hablar. Tratamos de recrear eso y dejarnos llevar por este mundo y estas personas”.
Ese dejarse llevar, sin embargo, no fue sencillo. El protagonista del filme incluyó a dos de sus mejores amigos en roles de la cinta, incluyendo a Klugman, con el fin de sentirse cómodo en su papel de Bernstein: “Una de las cosas que he aprendido a lo largo de mis veinticinco años de carrera es que uno necesita estar trabajando con personas que entreguen amor, eso es esencial. Ahí es cuando todo es posible. Todos los días rogaba que Lenny apareciera. Y luego, cuando tus amigos están ahí, sabes que estará todo bien”.
Una de las escenas más complicadas de hacer, como lo adelantamos, y que incluso se pospuso más de un año por la pandemia del COVID, fue la del concierto en la Ely Cathedral, para la que Cooper y compañía reprodujeron fielmente, y con sonido en vivo, una presentación de Bernstein y la Orquesta Sinfónica de Londres en 1976: “Cuando vi el video en Youtube de Lenny conduciendo en la Ely Cathedral fue tan poderoso y… ¿Qué vamos a hacer? ¿grabarlo el sonido antes y actuar encima de eso, y que la orquesta no esté tocando realmente? No tiene sentido. Tenía que ser en vivo. Hay algo en ver a una orquesta en vivo (…) es como un océano en el que se están comunicando, es hermoso, y se siente como un solo elemento. Sentí que si podíamos crear eso sería hasta intoxicante y podrías entender por qué Felicia estuvo con este hombre”.
Finalmente, Cooper comentó lo bien que le sienta el cumplir labores de director y actor a la vez: “Uno trata de llevar las cosas a un lugar donde nadie esté actuando. Siendo un actor, siempre me entusiasmó mucho ver a todos estos directores increíbles trabajando. Ser capaz de dirigir por mi cuenta se siente como estar ahí sin que tus padres te estén mirando. Por eso siempre le digo a mis actores que solo somos nosotros en el set, que nos podemos equivocar. Está bien, nadie nos va a gritonear. Hay una gran libertad en la oportunidad de actuar y dirigir. Es la misma cosa, para mí. Siento que Lenny dirigió la película, y él tenía un cierto tempo”.
Crédito de la imagen: Jason McDonald / Netflix