¿Es posible ejercer una verdadera resistencia? ¿Un activismo o fuerza colectiva que pueda hacer frente a tantas cosas que nos disgustan? Varias veces me pregunto si es posible que una obra o un relato pueda ejercer un verdadero activismo social. Una acción que se rebele contra el consumismo perverso y la violencia que ejercen algunos discursos; o una acción que trascienda y convoque a pesar del paso del tiempo.